no disparen al mensajero

23 julio, 2012

Entrevista a Beatriz Jiménez, periodista española de la revista Caretas y corresponsal de El Mundo en el Perú

Filed under: Perú — nodisparenalmensajero @ 19:03
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«Los países con democracias débiles son un gran negocio para las empresas»

Beatriz Jiménez es licenciada en Ciencias de la Información por la Universidad Complutense de Madrid y Postgrado en Integración internacional y países del Sur por la misma universidad. En el 2004 viaja por primera vez a Perú con una beca bajo el brazo, y trabaja en el diario La República primero y en La voz de la selva (Iquitos) después. Al finalizar la estadía vuelve a España para buscar trabajo, pero se le abren de nuevo las puertas en América, en concreto en el Salvador, gracias a otra beca de la AECI. Y de allí salta ora vez al Perú, donde se establece definitivamente en 2006. Actualmente trabaja en la prestigiosa revista de investigación Caretas -la decana de la prensa nacional en el Perú- y colabora con el diario español El Mundo.  Aunque Jiménez desempeña fundamentalmente labores periodísticas, en los últimos años también ha ejercido como consultora de comunicación para diferentes ONG’s y para la cooperación internacional.

¿Qué es lo que aún le sorprende del Perú?
Perú sorprende continuamente ya que tiene muchos países en su interior. Me sigue impresionado que haya lugares como este donde aún habiten pueblos no contactados con la civilización.

¿Cómo definiría el Perú?
Es un país que intenta entenderse a sí mismo y buscar un camino inclusivo aunque con más de dos-cientos conflictos sociales al mes, sobre todo en comunidades indígenas, y diferentes desarrollos  -costa y selva-. Humala, el actual presidente, ha optado por el desarrollo social.

¿Le toca al Perú seguir la senda de Lula e incorporar a la sociedad de consumo a gran parte de la población sin recursos?
Debe encontrar un modelo propio. Brasil es muy distinto del Perú, pero sí que es cierto que el Perú se ha dado cuenta de que el éxito como país es que se desarrollen todos, y no solo unos pocos. Y que el desarrollo no se limite al extractivismo, una economía que depende de los precios internacionales y con un costo ambiental y social muy grande. Hay que empezar a crear industria.

¿Y eso se está haciendo?
Todavía no. El actual gobierno es el primero que tiene ese discurso, pero aún no está andando hacía ese futuro.

¿Está más hipotecado a las grandes multinacionales de lo que esperaba?
Un historiador dijo en un artículo de opinión que no se sabe si Humala también está sufriendo una metamorfosis y no va a cumplir sus promesas electorales, como todos sus predecesores. Eso ha propiciado que aquí se deprecien tanto los partidos políticos, no hay credibilidad. Se ve a Humala como ‘capturado’ por las grandes empresas, tal y como le pasó a Atahualpa con los conquistadores españoles.

Jiménez en el barrio limeño de Barranco

¿Existe la sensación de que el Perú está siendo colonizado de nuevo, ahora por multinacionales?
Sí, es un problema común en casi toda América Latina. Los países con democracias débiles son un gran negocio para estas empresas. Un país no puede desarrollarse sin empresas, pero lo que sí hay que hacer es endurecer leyes ambientales. Hay que lograr conjuga la extracción petrolera con responsabilidad empresarial y social. Hay más  de 200 conflictos sociales al mes en el Perú, y casi 200 muertos desde el año 2006.

¿Estos conflictos distraen al gobierno de ocuparse de otros temas trascendentales como por ejemplo la desnutrición infantil?

En los últimos años se ha trabajado bastante en desnutricón infantil y se ha reducido algo, pero es un camino lento, y los conflictos sociales van en aumento. Una aspecto positivo que tiene el Perú y pionero en el continente es la ley de consulta previa, que obliga al gobierno a dialogar con las comunidades antes de conceder permisos de extracción, un convenio subscrito por todos los países sudamericanos pero que otros gobernantes como Chaves o Lula nunca han aplicado.

Comparando los demás países de la región, ¿cómo ve el Perú?

Está en proceso de desarrollo en todos los ámbitos. Sus cifras de crecimiento económico son similares a las de los gigantes asiáticos, más del 6% anual. El problema es que el crecimiento ha estado concentrado en zonas de la costa y no en la sierra o la selva, que ocupa el 60% del territorio nacional. La inclusión social es la gran asignatura pendiente para este país. Además,  el Perú se encuentra en un momento de ebullición también en el campo de la cultura, por ejemplo. Pero todavía estamos a años luz de países como Chile.

¿En qué ha mejorado el Perú desde que llegó?

Ha conseguido consolidar su democracia. A estas alturas es difícil otro gobierno que retroceda como cuando llegó al poder Fujimori. El fujimorismo actual, la tercera fuerza en el congreso, está evolucionado y ya no postula con los mismos ideales que antes. Si Keiko -la hija de Alberto Fujimori- hubiera ganado las elecciones la población no hubiera permitido recortes en sus derechos, bien conocidos actualmente.

¿Y en que más ha cambiado?

Ha cambiado bastante. Por un lado ahora hay más conciencia social que antes, y el racismo, aunque todavía se dé, va a menos. El país va dando pasos grandes hacia una sociedad más justa. También se han construido más edificios, la gente tiene dinero en el bolsillo para  gastar, la cocina peruana ha explosionado a nivel internacional y eso ha enorgullecido a los peruanos, etc.

¿Le sorprende que el pueblo peruano refrendara a Fujimori cuando ya llevaba unos años en el gobierno?

Sorprende que a día de hoy casi la mitad del país haya votado por Keiko Fujimori. El fujimosrismo instauró una forma de hacer política basada en el clientelismo, basado en la caridad y políticas sumamente populistas. Alberto Fujimori viajaba cada fin de semana a un sitio del país y regalaba ollas o electrodomésticos, y eso marcó mucho a la sociedad. Los demás partidos políticos han perdido toda credibilidad, por eso el fujimorismo aún es fuerte hoy día.

¿Cuál es la principal fortaleza de este país?

Su riqueza se basa se mucho en el extractivismo: minería e hidrocarburos. Este es un país con muchos recursos minerales, gasíficos, tierras fértiles…pero no es un país industrializado todavía.

A Beatriz Jiménez, nunca le ha faltado trabajo como periodista en el Perú.

¿Cómo ven los peruanos a España? ¿Ha cambiado su visión desde que hace unos años miles de ellos fuera a  buscar un futuro mejor?

Siempre ha habido una relación algo conflictiva pero también de cariño. Aquí nos tienen más en cuenta de lo que nosotros los tenemos en cuenta en España. Aquí estamos presentes, hemos dejado huellas, muchas malas y otras buenas. Ha habido peruanos que han regresado al agrupar el dinero del paro y han puesto un negocio aquí. Cuando yo llegué al Perú España era vista como una oportunidad, todo el mundo quería ir. Ahora ya no existe esa idea.

¿Empiezan a venir españoles a buscar trabajo?

No hay una oleada migratoria fuerte ya que el Perú no está entre los países favoritos para los españoles a los que ir a vivir, pero un joven con carrera universitaria aquí tiene más posibilidades laborales que en España porque hay menos competencia. Sí hay oportunidades, y de hecho hay muchos españoles que han venido de manera temporal, con una beca por ejemplo, se han quedado a vivir.

¿Qué cuentan los peruanos que vuelven?

En determinados puntos del Perú hay cierto rechazo a todo lo que tenga que ver con España, por ejemplo en la sierra. Pero la vida diaria no se refleja, pocas veces se discrimina por ser español. Y los que vuelven ya te miran más de tú a tú. En el Perú hay muchas posibilidades laborales para profesionales de ciencias, como pueden ser expertos ambientalistas o ingenieros, pero actualmente rebajan las ofertas al conocer la necesidad que tenemos de encontrar trabajo.

Trabaja en una de las revistas más prestigiosas del país. ¿Qué opinión le merece la prensa peruana?

Es uno de los países con más medios de comunicación de América Latina, pero la mayoría trabajan en condiciones muy precarias, sobre todo fuera de Lima. La prensa, por lo general, no es seria, pero aún quedan diarios profesionales como el Comercio o La República. Aquí no hay problemas con la libertad de expresión, pero se maneja un discurso único porque se depende demasiado de las grandes empresas que son las que ponen el dinero. Durante la época del Alan García los medios favorables y detractores del gobierno estaban equiparados. Ahora con Humala casi todos andan en la onda oficialista, aunque esto va evolucionando. Es sorprendente que más de un 78% de la población no crea en los medios de comunicación. Eso es una herencia de Fujimori, que compró muchos medios.

¿Qué ofrece Caretas?

Investigación y análisis político. Tenemos más tiempo que la prensa diaria para preparar los temas, y por eso están más elaborados los artículos.

¿En el Perú aprende más profesionalmente o en el terreno personal?

De las dos maneras. Yo me hice periodista en el Perú, así que he aprendido a trabajar como los periodistas peruanos; y como persona me ha hecho crecer bastante.

¿Cree que el Perú contará más en el tablero internacional?

Depende de cómo evolucione la crisis mundial, pero opino que debería debería ser así.

¿Se ve muchos más años trabajando aquí?

Perú es un país que me ha acogido muy bien, nunca me ha faltado trabajo y mi pareja es peruana. Pero hay un par de cosas que te frenan para quedarte: una de ellas es que aquí la salud no es universal y gratuita y la educación es de muy bajo nivel. Si quieres tener hijos, o tienes una posición económica buena o estás expuesto a una vida peor que en una España en crisis. En el Perú se vive muy bien con dinero, sin él no se vive tan bien. Una vez sales de tu país no sabes cuándo vas a volver, la vida te lleva por diferentes caminos y a veces es bueno dejarse llevar.

¿Qué libro nos recomienda para entender mejor el Perú?

‘Los ríos profundos’, de José María Arguedas es un buen principio. Y por supuesto, las novelas de Mario Vargas Llosa; me quedo con ‘Pantaleón y las visitadoras’ y ‘Lituma en los Andes’ para entender el conflicto interno del Perú. Y de Alfredo Bryce Echenique ‘Un mundo para Julius’ para conocer Lima.

A Beatriz Jiménez se la puede seguir en:

@beajimenezt

http://www.caretas.com.pe

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24 mayo, 2012

Entrevista a Erik Struyf, periodista peruano y ex corresponsal de El Comercio en Bruselas

Filed under: Perú — nodisparenalmensajero @ 12:46
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«Fujimori nos devolvió a los tiempos de las cavernas en casi todo»

No es un periodista vocacional, aquel que alardea que siempre quiso parecerse a Kapuscinski, sino que se ha convertido en periodista ‘por accidente’. Erik Struyf, peruano, estudió Literatura Hispanoamericana, pero al emigrar a Bruselas a principios del 2001 se dio cuenta que quería trabajar como corresponsal. En concreto, quería explicar a sus compatriotas y a los hispanohablantes en general qué era eso tan abstracto que llamaban integración europea. Lo hizo primero para algunas agencias regionales españolas y más tarde, durante varios años, para El Comercio, el periódico más prestigioso del Perú. Struyf abandonó su tierra natal cuando Perú tocaba fondo, y ha hecho lo mismo ahora que Europa parece asomarse a un abismo del cual no se ve fin. Desde septiembre de 2011 vuelve a residir en Lima, donde sigue colaborando con El Comercio y realiza encargos de comunicación medioambiental.

¿Qué es lo que aún le sorprende del Perú?

Me sorprende mucho la capacidad que tiene la gente para estar animada y ser optimista aunque su situación personal no haya mejorado en los últimos años. Se comparte el optimismo que tiene la gente a quien sí le van mejor las cosas. Creo que tienen esperanza que algún día a ellos también les vaya mejor. Me llama la atención, porque en Europa pasa precisamente lo contrario; todo el mundo está desanimado aunque no haya perdido el trabajo o las cosas les vayan igual que antes.

¿Cómo valora la experiencia de trabajar como corresponsal doce años en Bruselas?

Me ha dejado un sabor agridulce. Al principio me gustaba comunicar al lector peruano lo positivo que tiene un proceso de integración como el que estaba sucediendo allí. Pero hacia el final de mi estadía sentí que me empecé a aburrir, ya que en Lima los editores tenían cada vez menos interés por la cuestión europea.

¿Qué es lo que más le gustó?

La idea de llevar lo positivo de la Unión Europea al contexto peruano. Lo que menos me gustó fue percibir que a mis interlocutores europeos no les interesaba darme información o entrevistas. Había un gran desinterés por el Perú y América Latina.

¿Qué aprendió de los medios europeos?

Yo me hice periodista en Europa, lo poco que sé lo aprendí allí.

Ha vuelto hace muy pocos meses. ¿Cómo ha encontrado el Perú?

Aún no he salido de Lima, pero se nota muy cambiada. Hay muchos signos de progreso y modernización. Pero siguen conviviendo con cosas que no han cambiado, como por ejemplo la actitud incívica de la gente en la calle, pisando a los demás. Se siente optimismo y ganas colectivas de salir adelante pero al mismo tiempo hay una especie de tensión para sobrevivir, ya que hay mucha gente que todavía sobrevive.

Podríamos decir entonces que nota que ha habido un progreso económico pero no social…

Exacto. Si somos optimistas diríamos que eso pasará.

Hablemos de política. En Perú sólo se permite una legislatura por presidente. Si quiere volver a gobernar tiene que esperar como mínimo un período. ¿Cree que este sistema permite la construcción sólida de un proyecto de país?

Es difícil. El problema de este sistema es que nos puede tocar un continuismo negativo. Nuestra democracia es joven, así que creo que es demasiado temprano para cambiar la ley.

El actual presidente, Ollanta Humala, lleva pocos meses en el cargo. No obstante, ¿cómo valora su trabajo hasta la fecha?

En términos generales, Humala ha superado las expectativas de gran parte de la población, aunque hasta ahora no ha demostrado que se esté preocupando por los más marginados, a pesar de que existen programas de inclusión. Más adelante podrá haber un descontento por parte de los más desfavorecidos si no cambia la política.

Entonces, ¿en qué se está preocupando?

Por el momento, su gobierno es similar al de Alan García o Alejandro Toledo; es decir, un gobierno de centro que está tratando de mantener la estabilidad y seguir atrayendo inversiones y resolver conflictos sociales acumulados.

¿A qué conflictos se refiere?

Hay como trescientos conflictos sociales en el Perú, la mayoría relacionados con el medio ambiente. El caso paradigmático es el de una empresa que llega a una zona para hacer extracción de materia prima y daña el hábitat o las formas de vivir de los ciudadanos. Hay comunidades que se adaptan, pero hay otras que son muy resistentes y desconfiadas. Hay empresas muy prepotentes y otras más sensibles con el medio ambiente y la población.

¿Este es el principal problema que tiene el país?

Sí, es la asignatura más difícil para el gobierno. Lo que debe hacer es evitar que estallen, porque una vez explotan es un efecto dominó que puede afectar al gobierno. Debe resolver el conflicto sin enfrentarse a la población que lo eligió pero sin espantar a las empresas que vienen a invertir. Hay un debate actualmente. El Perú moderno de Lima quiere aprovechar el momento de altos precios en materias primas y vender lo máximo para desarrollarnos. Pero otra parte de la población sólo ha palpado las partes negativas de estas inversiones y nunca han recibido beneficios. La pregunta es si el Perú puede seguir una senda de desarrollo más sostenible.

Erik Struyf en una cafetería de Miraflores (Lima)

Ollanta Humala creó su partido hace pocos años. ¿Cree que existe algún peligro de que no sea un partido tradicional?

Lo cierto es que Perú no es un país de partidos, exceptuando el histórico Apra. Tenemos independientes que se juntan para llegar al poder y luego se separan. Es prematuro hacer pronósticos, pero no creo que sea un partido que dure mucho.

Si los partidos se crean de la nada y luego se fusionan o desaparecen, ¿cómo sabe la población a quién votar?

Aquí lo que aparecen son figuras que empiezan a hacerse populares. Un gran sector de la población vota por los candidatos que tienen carisma; que hayan tenido algún existo aunque sea por ejemplo en el sector económico y no el político. Si los medios de comunicación le dan la venia y lo consideran presidenciable, esa figura crece y crece hasta convertirse en presidente.

Así que aquí vale más la imagen que las ideas.

Sí.

Ahora mismo existe una polémica con el hermano del presidente, que está en prisión y parece recibir trato de favor. ¿Qué opina del seguimiento de esta noticia?

Esto tiene que ver con lo que te dije hace un rato. Antauro Humala (el hermano del actual presidente) dependiendo de cómo se maneje podría convertirse en una figura que más tarde sea atractivo para gran parte de la población y concurra a las elecciones. Por ahora representa una piedra en el zapato para su hermano. Ollanta Humala, cuando se presentó a la presidencia por primera vez, tenía un perfil de izquierdas y nacionalista más agresivo, como su hermano Antauro, pero ahora se ha moderado.

¿Existe una oposición firme en Perú?

La que pudo haber sido la oposición ahora está muy calmada, ya que el presidente no ha hecho nada que les haya podido molestar. Humala se anunció más de izquierdas, pero actualmente no molesta ni a la derecha ni a la izquierda más radical. Eso le reporta un alto grado de popularidad de la población. La oposición ataca más a miembros de su gobierno que no al presidente.

Aún queda mucho para las siguientes elecciones pero, ¿se vislumbra algún candidato sólido?

No está descartado que Alan García se vuelva a postular. Algunos piensan que la esposa de Ollanta Humala se presentará. Ella despierta mucha simpatía entre la gente, pero por ser la esposa del actual presidente no se podría presentar en los siguientes comicios. Otros piensan que la alcaldesa de Lima también se podrá presentar, pero ahora mismo tiene muy baja popularidad.

Hablemos ahora de América. ¿Qué papel juega Perú en el continente?

La gran pregunta fue esa cuando Humala llegó al poder. ¿Se iba a sumar al bloque chavista? Obviamente no lo ha hecho, pero tampoco está enfrontado. La política exterior del Perú es lograr, como en política interna, agradar a todos. El Perú actualmente se lleva bien con sus lo vecinos…

Con todos o con casi todos, porque actualmente existe aún un conflicto de límites territoriales con Chile…

Sí, un conflicto que se resolverá en La Haya el año que viene, aunque no creo que eso sea una fuente de enfrentamiento abierto.

Y además ha creado un conflicto de la nada al solidarizarse con Argentina y no dejar atracar un buque británico.

Ese ha sido un lío que me parece que ha creado la prensa. Para ser sinceros, ¿qué podrá pasar?  El Reino Unido es un gran inversor del Perú, pero no creo que retiren capital.

¿Pero considera que es una metida de pata?

Creo que América Latina ha de aprender a actuar como bloque, y por eso me parece bien el apoyo a Argentina por la soberanía de las islas Malvinas. La manera como lo han hecho seguramente no es la más diplomática.

Dejemos de lado la política exterior y hablemos del pasado. Fuera del Perú ha trascendido, para bien o para mal, la figura del expresidente Alberto Fujimori. ¿Quién fue exactamente Fujimori?

Es una figura que salió de la nada. Él es agrónomo y era rector de una universidad, y en un momento que nadie se esperaba le quitó la presidencia a Mario Vargas Llosa, que la tenía en el bolsillo. Nadie ha comprendido aún por qué los peruanos eligieron a Fujimori en eso momento. Para sorpresa mía no ha vuelto a la nada. Aunque esté muy mayor y enfermo, y a pesar de la nefasta manera con la que gobernó, es una figura que ha llegado para quedarse. Él ha creado lo más próximo a un partido que pueda haber en el Perú, a parte del Apra. Es un partido muy fuerte que tiene cerca del 25% de la población y cuenta con figuras presidenciables, como su hija Keiko. Fujimori ha creado el fujimurismo, y aunque él desaparezca este partido tiene para rato.

¿Cuál es su legado?

Fujimori nos devolvió a los tiempos de las cavernas en casi todo. Hay quien dice que pacificó el país y empezó el progreso económico. Yo no niego que se sentaran algunas bases para que hoy el Perú crezca como lo está haciendo, pero eso no significa que fuera mérito suyo, sino de factores internacionales de los cuales no tenemos control y que jugaron a favor del Perú. No porque tú pongas orden en la casa tienes derecho a violar a sus habitantes.

¿Qué hizo exactamente?

Aquí siempre ha existido corrupción, pero durante su gobierno el nivel creció espectacularmente. Además, se violaron los Derechos Humanos y se degradó la prensa hasta el límite. Fueron tiempos degradantes.

La Literatura es la gran pasión de Struyf

Otro punto negro de la historia contemporánea del Perú fue Sendero Luminoso. ¿Qué proclamaban exactamente y en qué situación se encuentra actualmente la organización?

Éste es otro de los actores que nos devolvieron a épocas de las cavernas durante los años ochenta e inicios de los noventa. Fue un intento de hacer un cambio en el Perú inspirado en el Maoísmo. Cambios que nadie entendió ni compartía. La principal víctima de esta guerra fueron los mismos campesinos a los que ellos pretendían ayudar. Y en la ciudad nadie quería saber de ellos. Llegaron a tener una capacidad de golpear al Estado, pero nunca tuvo simpatías masivas. En el conflicto se dejaron más de 70.000 muertos, en parte por culpa de la respuesta violenta del Estado. Actualmente hay pequeñas agrupaciones que se pretenden sucesoras de Sendero Luminoso, pero no creo que hoy representen un peligro.

¿Qué valoración le merecen los medios de comunicación peruanos?

Hay unas pequeñas islas donde todavía se puede consumir periodismo serio, pero el periodismo masivo del Perú es de muy baja calidad. En televisión, por ejemplo, prácticamente todos los programas de actualidad son de pésima calidad. Hay algunas buenas revistas, como ‘Poder’ y ‘Etiqueta Negra’. Pero la prensa peruana en general es borrega… Creo que muchas veces se autocensuran y se está más preocupado en tener lo que tiene el otro que en investigar temas propios.

Ya que ha vivido largos años en Europa. ¿Qué concepción tenemos los europeos del Perú?

Para decepción de mis compatriotas, en el norte de Europa siguen viendo al Perú como hace quince años: un país del tercer mundo de América Latina al que sería interesante visitar porque está el Machu Picchu. Y eso es todo. La idea de que tenemos aquí de que el Perú se está convirtiendo en un gran actor no ha llegado a Europa. El boom gastronómico peruano, por ejemplo, ni se conoce. Creo que aquí nos pasamos a veces de optimistas.

¿Y cómo ve el Perú a Europa y España?

La visión ha cambiado hace muy poco. Desde Perú se ve a diario que Europa está muy mal, en concreto España. Muchos peruanos que trabajaban en España han vuelto debido a la crisis.

¿Hay sentimiento antiespañol en el Perú?

No. Tal vez hubo algo en 1992, cuando se conmemoraban los quinientos años del descubrimiento de América. Pero hoy día, en general, el Perú no es antiespañol para nada.

¿Qué libro nos recomienda para entender el Perú?

Para conocer al Perú que todavía no ha sido atendido por el progreso económico que estamos viviendo, es muy ilustrativo leer a José María Arguedas. Tiene varias novelas, pero yo recomiendo ‘Los ríos profundos’ y ‘Todas las sangres’. Al leerlo, uno comprenderá que el Perú son muchos mundos diferentes que conviven y que algún día se tendrán que comunicar más.

A Erik  Struyf se le puede seguir en:

Twitter: @estruyfpalacios

Página web personal

22 mayo, 2012

Entrevista a Boris Miranda, periodista boliviano de Página 7

Filed under: Bolivia — nodisparenalmensajero @ 17:51
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“La incorporación oficial de los indígenas es un camino que ya no tiene retorno”

Empezó sus andaduras periodísticas en La Prensa, uno de los rotativos más importantes de La Paz. Allí, Boris Miranda estuvo trabajando durante más de dos años en la sección de Política, y luego saltó a Página 7, un diario de nueva creación. Actualmente escribe reportajes, hace investigaciones y participa en el suplemento político del domingo. Miranda ha tenido el privilegio de viajar por todo Bolivia gracias a su trabajo, y en su haber se haya, entre otros, el Premio Nacional de Periodismo de 2010 por un reportaje sobre la sequía en la zona amazónica.

¿Qué es lo que aún le sorprende de Bolivia?

Que nunca deja de sorprenderme. Por ejemplo, tras vivir en 2008 una etapa muy traumática de tensiones políticas y creyendo que con el nuevo y fuerte gobierno de Evo Morales no se vivirían episodios parecidos, nos encontramos con un conflicto dentro del mismo sector social que ahora gobierna el país. Aquí aún hoy surgen episodios que uno nunca se hubiera imaginado.

¿Pero Bolivia le sorprende sólo a nivel político o también a nivel social?

No sólo a nivel político. Este es un país que se ha armado a parches y atando soluciones a corto plazo, y por lo tanto nunca va a ser aburrido.

¿Cómo se puede explicar que Bolivia sea el país más rico de América en materias primas y sus habitantes se encuentren entre los más pobres?

Bolivia es un país que va de quimera en quimera: primero era la minería y la plata; luego el estaño; más tarde fueron los hidrocarburos y ahora el litio y potasio. Siempre tenemos alguna cosa con la que soñar. El problema es que nunca ha habido un proyecto serio de Estado con un horizonte claro, más bien hemos sido producto de las corrientes internacionales que se han ido imponiendo. Nunca se han atendido las características propias del Estado boliviano.

¿Existen hoy día los cimientos para crear un Estado serio?

Hay un horizonte. Parece que ahora se cumplen los requisitos para formar un Estado fuerte y acorde a las características propias del país. Sin embargo, nos encontramos en un proceso de crisis de identidad y el mismo Estado es un centro de debate y luchas internas en las que confluyen corrientes contradictorias. Pero gracias a la nueva Constitución de 2009 sí que existe un horizonte que antes se desconocía.

Parece pues que las luchas internas impiden que el país avance y el partidismo ahoga el proyecto nacional.

Claro. Incluso el propio partido de gobierno tiene facciones muy encontradas que no se terminan de poner de acuerdo, y lamentablemente tenemos unos liderazgos que no dan una ruta clara hacia donde avanzar. Más allá del liderazgo de Evo Morales no existen caminos definidos.

¿En qué ha mejorado estos últimos años el país?

Por ejemplo, en la incorporación oficial de los indígenas, un camino que ya no tiene retorno. Ha habido también otros logros sociales, como que un millón de personas hayan superado la brecha de la pobreza o el fortalecimiento de la clase media. A pesar de todo, la riqueza sigue estando muy concentrada y es una asignatura pendiente.

¿Ha empeorado en algo?

Sí. Lo primero que me viene a la mente es el narcotráfico. En algunas zonas empiezan a haber asesinatos selectivos, secuestros…ya hay poblaciones tomadas por el narcotráfico donde los pobladores están de acuerdo por el beneficio económico que supone para estos pueblos.

Es debe tener relación con que el gobierno de Morales echara del país a la DEA norteamericana…

La salida de la DEA ha tenido consecuencias negativas pero también positivas. Lo que sucede ahora se debe más al empoderamiento de los cocaleros, que han atraído a bandas. Sólo el año pasado se detuvieron a más de 3.000 extranjeros por delitos relacionados con el narcotráfico. Las principales redes latinoamericanas de narcotraficantes ya tienen presencia en Bolivia.

¿Esta sería la principal asignatura pendiente del país?

No. La gran asignatura pendiente sigue siendo mejorar la calidad de vida de la gente y redistribuir más y mejor la riqueza; generar trabajo. Sin embargo, no podemos cerrar los ojos con lo que está pasando con el narcotráfico.

¿Cómo valora la primera legislatura de Evo Morales (2006-09)?

Ha sido una etapa complicada ya que tenia que desmontar el viejo Estado. Durante estos años, su partido casi no ha tenido tiempo de gobernar, ya que dedicaba todo los esfuerzos a defenderse. El gobierno sufrió conspiraciones muy importantes para desestabilizar el proceso político y generar un mal ambiente en las Fuerzas Armadas, por ejemplo. Ese periodo acabó con una apoteósica victoria en 2009 que se tradujo en una aprobación de más del 60% y con el control de las dos cámaras legislativas.

El legado de Evo Morales, como mínimo más allá de las fronteras, pasará a la historia por haber incorporado a la sociedad las comunidades indígenas. ¿Qué más logros ha tenido el presidente que tal vez no hayan trascendido a la prensa internacional?

En su primer mandato Evo Morales cumplió con sus principales tareas recogidas en la ‘Agenda de Octubre’, que eran la nacionalización de los hidrocarburos y la refundación del país, finalizada con la aprobación de la Constitución del 2009. Esos cometidos los cumplió en la forma, pero ahora falta por ver que la nacionalización de los recursos dé sus frutos y que la nueva Constitución se ponga plenamente en vigencia y se apliquen los 411 artículos.

¿Se ha empezado a notar la redistribución de la riqueza gracias a la nacionalización de los hidrocarburos?

Sí que se nota. La renta petrolera ha generado que los presupuestos del Estado se disparen, y las provincias que generan el gas y el petróleo han cuadriplicado su presupuesto anual. Se han empezado a crear bonos para que los niños vayan a la escuela; bonos para las madres en etapa de lactancia; para la gente de la tercera edad etc. El sistema de redistribución, sin embargo, aún está pendiente.

¿Hay peligro de que se incremente la corrupción ahora que el gobierno manejará más recursos económicos?

En cierta manera, sí. En Bolivia, en los últimos años, se han creado nuevos ricos después de trabajar en el aparato estatal. Hay corrupción, reconocida por el propio gobierno. Según el último informe de transparencia internacional, la corrupción en Bolivia ha vuelto a crecer, y es porque una serie de escándalos han empezado a salir a la luz.

Miranda en la sede de Página 7. A sus pies, La Paz.

¿Cree que el gobierno ha perdido el talante dialogante con los sectores críticos de la población?

Todo el tiempo el gobierno hace valer su poder en las cámaras, y es muy recurrente el error de no escuchar ninguna protesta hasta que se les viene encima. Siempre pretenden deslegitimar cualquier movimiento y desautorizar a los dirigentes. Y eso no les está saliendo bien. Lo vimos cuando se manifestaron los indígenas, los discapacitados o los obreros. Primero deslegitiman pero acaban cediendo cuando la cosa se pone muy fea.

¿Qué popularidad tiene actualmente el presidente Evo Morales?

Ha caído a la mitad desde enero de 2010, cuando llegó a tener una aprobación del 70%. Es inocultable que el presidente ha perdido popularidad y el respaldo de su plataforma política, formada por obreros, cocaleros, campesinos, indígenas y mineros.

¿Cree que el presidente ha querido hacer demasiadas reformas y demasiado rápido?

Cuando llegó al poder su equipo planteó: o cambiamos las cosas poco a poco o lo cambiamos todo de golpe. Y eligieron la segunda opción y hacer una revolución. Creo que es como debía darse, era necesario desplazar al sector político que gobernó durante las últimas décadas. El país no estaba para seguir esperando.

¿Qué me dice de los grupos de la oposición?

El problema es que no tienen proyecto de país y han quedado fuera de juego con la aparición de nuevos protagonistas en la arena política como los movimientos sociales, que ahora son decisivos para aprobar las políticas. Creo que el que derrote a Evo Morales va a salir del propio MAS (partido de Morales).

Hablemos ahora del rol de Bolivia en la región. ¿Cuenta más que antes?

La sola llegada del presidente Evo Morales puso al país en el mapa. Se generaron cambios y conflictos que metieron al país en el escenario internacional. Bolivia tiene ahora mayor participación en los organismos internacionales, y aunque su eco no es decisivo, por ser una economía pequeña, se escucha más a Bolivia que antes, sin duda.

¿Cómo valora la relación que tiene con Brasil?

Este es un tema complicado. Brasil sostiene buena parte de las inversiones extranjeras que se hacen en el país. Hay muchos analistas que hablan de un sometimiento del proyecto de Estado de Bolivia hacia el proyecto geopolítico de Brasil, que quiere controlar la región y llegar al Pacífico. Brasil tiene demasiada fuerza, y ya existen indicios de que los mandatarios bolivianos se empiezan a someter a sus deseos, sirva como ejemplo la carretera del Tipni.

¿Y qué me dice de la buena sintonía que mantiene Evo Morales con Chávez , los hermanos Castro o Correa?

El eje que se ha conformado en Sudamérica me parece saludable, incluso la relación con Cuba ha traído cosas buenas para el país. Me parece positivo que se cree un bloque sólido. Sin embargo, las relaciones peligrosas y oscuras que tiene Bolivia con Irán o tenía con la Libia de Gadafi, son distintas.

¿Recuperará algún día Bolivia el acceso al pacífico que perdió en beneficio de Chile?

Con Chile este asunto siempre ha sido muy tramposo. Se han evaluado propuestas como un corredor o ceder un enclave a Bolivia, pero nunca ha habido ni estudios de viabilidad ni ningún documento por escrito. Todo esto ha obligado a Bolivia a presentar una demanda delante del tribunal de La Haya. Habrá que ver cómo termina todo.

A parte de esta relación tensa con Chile, parece que el país tenga buena relación con los demás países limítrofes.

Sí. Podemos decir que en vecindario no hay tensiones.

¿Y qué trato mantiene con España? Sin duda alguna aquí aún se tiene muy presente la etapa colonizadora, que tantos agravios dejó.

Existe recelo hacia lo español. Hay una educación que sataniza el proceso de colonización española así como el conflicto del Pacífico con Chile. Bolivia no es un país xenófobo hacia España, más allá de alguna susceptibilidad o actitud. A nivel estatal, la relación entre ambos países parece estable y cordial.

Muchos bolivianos fueron a España hace unos años en búsqueda de un futuro mejor. ¿La crisis económica española pude repercutir negativamente en la economía boliviana?

Se ha hecho una estimación de las remesas que se recibían procedentes de España y sólo han caído un 20%, según un estudio reciente. Lo que sí preocupa en Bolivia es la cada vez mayor restricción que existe en Europa para con los ciudadanos bolivianos que quieren viajar al viejo continente. Sigue existiendo gente que piensa que el futuro está en Europa.

¿En qué podría destacar económicamente en un futuro este país, a parte de exportando materias primas?

Tendría que afrontar de una vez un proceso privado de industrialización de la agricultura. Seguimos siendo el país bananero que exporta materia prima y luego importa el producto manufacturado más caro. La madera o el agua son recursos importantes que también tenemos. Además, creo que debería ordenar la situación del comercio informal, que maneja muchos millones que no se someten al fisco.

¿Cuál es el estado de salud del periodismo en Bolivia?

Actualmente atraviesa momento difícil, no sólo por el descredito general que tiene el periodismo a nivel global, si no porque tiene que rencontrarse con el país. Aquí nunca se escribió sobre indígenas o campesinos que decidían qué hacer con las subvenciones. Así que la nueva generación tiene que acostumbrarse a un nuevo universo de Bolivia, con nuevos actores y protagonistas. Más allá de esta adaptación, aquí no hay una oferta plural de calidad, y la independencia de los medios no deja de ser un sueño.

¿Se pueden llevar a cabo investigaciones periodísticas con seguridad?

El narcotráfico todavía no ha matado ningún periodista, pero siento que eso sucederá algún día. Sí ha habido, en cambio, muertes sospechosas a manos de clanes políticos. Bolivia aún está lejos de lo que sucede en países como México o Perú. Aquí no existen unidades de investigación ya que los periódicos tienen menos músculo financiero, y es un lujo que no se puede mantener.

¿Qué lectura nos puede recomendar para entender Bolivia?

Los libros imprescindibles para entender este país son ‘La formación de la conciencia nacional’ (René Zabaleta), los libros de historia de Rafael Puente, y sobre todo la Constitución de 2009, un texto clave para saber hacia dónde puede caminar Bolivia.

A Boris Miranda se le puede seguir en:

Twitter: @ivanbor

Diario Página 7

Pagina web personal: http://www.borismiranda.info

17 abril, 2012

Entrevista a Álex Ayala, periodista español freelance radicado de Bolivia

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“El mayor enemigo del gobierno de Evo Morales es el propio gobierno”

 

Alex Ayala es vasco de nacimiento pero boliviano de corazón. Llegó al país andino pocos días antes del 11 de Setiembre de 2001 con una beca de El País bajo el brazo. Primero trabajó durante un lustro para el diario La Razón de Bolivia (perteneciente entonces al grupo Prisa), y posteriormente dirigió su dominical. Una vez agotada esta etapa, decidió mudarse al semanario Pulso, donde fue editor de periodismo narrativo por tres años. Finalmente, junto con un socio, crearon la publicación Pie Izquierdo, una revista de reportajes de investigación que a pesar de la buena acogida que tuvo apenas sobrevivió un año. Actualmente trabaja como freelance para diferentes medios de comunicación latinoamericanos y alguno europeo, y divide su tiempo entre sus elaboradas crónicas bolivianas y su familia. En 2008 ganó el Premio Nacional de Periodismo de Bolivia.

 

¿Qué es lo que aún le sorprende de Bolivia?

Con diez años aquí no hay cosas generalistas que me sorprendan mucho actualmente. Algo, sin embargo, aún me llama bastante la atención, y es que éste es un país que parece que camina siempre al borde del precipicio; siempre hay conflictos, bloqueos de caminos…a veces da la sensación de que va a estallar en pedazos. Obviamente, también me asombra el famoso realismo mágico, a flor de piel. En Bolivia siempre te encuentras con pequeñas historias increíbles.

¿Cómo acaba un chico de Vitoria (España) viviendo en La Paz y nacionalizándose boliviano?

En la universidad tenía muchos amigos sudamericanos, y mis mismos compañeros de clase sabían que acabaría viviendo en América Latina, una región que siempre me llamó mucho la atención por sus problemáticas e historia. El primer año con la beca pude conocer bastante el país, me gustó, y al ofrecerme hacer un contrato no me lo pensé. Aquí tenía muchas más posibilidades de desarrollarme profesionalmente que en España. Ahora me siento a gusto en Bolivia y extraño en España.

Después de recorrer varios países del cono sur, Bolivia es el primero donde he encontrado cierto recelo por proceder de España. ¿Aún está tan presente la época de la colonia?

Este es un país de mayoría indígena, casi un 70%, y con la llegada al gobierno de Evo Morales se ha creado un discurso de ‘ya basta de ser los humillados’, un mensaje que ha calado entre la gente. No sé si es animadversión hacia el gringo, pero sí que hay recelo hacia algunos extranjeros, y el modo de proceder de algunas empresas como Repsol no ha ayudado. Pero viviendo diez años aquí te puedo confirmar que no es la atmosfera general. La diferencia con los otros países sudamericanos es que la población indígena en Bolivia es mucho mayor.

Llegó a Bolivia antes de que Evo Morales alcanzara la presidencia. ¿Cree que esta nueva conciencia de pueblo se debe principalmente a la acción del gobierno de Morales?

Los aimaras siempre han tenido una visión muy recelosa del gringo. Con la llegada al poder de Evo, ese discurso se ha multiplicado, y se sienten con más legitimidad para opinar así. En los pueblos del altiplano sí hay cierto recelo con el extranjero en general, no sólo al español.

Y el autonomismo que existe en Santa Cruz, ¿lo es por sentimientos o por economía?

Más por cuestiones económicas que por políticas, aunque las dos cosas están un poco relacionadas. Actualmente, el movimiento autonomista está muy atenuado y no hay líder destacable que pueda poner en problemas al gobierno.

Teniendo en cuenta que en las ciudades mucha gente tiene familiares o conocidos que han ido a buscar trabajo a España, ¿qué opinión tienen de este país?

En las ciudades la percepción cambia, y esa visión negativa ya está muy atenuada entre la clase media media-alta. Y en los pueblos de la Amazonia pasa todo lo contrario que en el altiplano, tienen hasta cierta simpatía con el extranjero. Eso se debe, supongo, al cierto paralelismo con el clima. Con la gente del altiplano pasa un poco como con la zona norte española, los gallegos vascos o catalanes, que tenemos fama de cerrados pero una vez te han aceptado son muy cercanos.

¿Empiezan a volver bolivianos debido a la crisis de Europa?

De momento han vuelto sólo un 8% por ciento, según el embajador español en Bolivia. Y lo curioso es que las remesas que mandan se han mantenido estables.

¿Se han cambiado las tornas y son los españoles los que tal vez vienen a vivir ahora a Bolivia?

La mayoría de los que vienen se dedican a la cooperación internacional, son periodistas o empresarios que han decidido montar aquí su negocio, pero son una minoría comparado con los que van a otros países como Chile o Argentina.

¿Qué es lo que más le gusta de Bolivia?

Me gusta mucho la variedad de gentes, culturas y paisajes que hay en el país. De un extremo a otro te encuentras con realidades completamente distintas. Los pueblos y sus tradiciones son muy diferentes, una diversidad muy rica que para un periodista es un terreno más agradable de recorrer. Para mí, es un país que me da muchas cosas en ese sentido.

¿Hay alguna cosa que no soporte?

Si tuviera que decir algo malo de Bolivia diría que es muy informal. Si quedas con alguien siempre llega tarde; te tienes que acostumbrar también a lo malo. Es una cultura muy trabajadora pero al mismo tiempo tiene ese hándicap de informalidad. El tiempo aquí es un concepto abstracto, se estira como un chicle. Es algo muy arraigado a los latinoamericanos.

¿Cómo ha cambiado desde que vive aquí?

Bolivia ha cambiado mucho. Cuando llegué en el 2001 era muy inestable; hasta que entró Evo Morales vi en el poder cinco presidentes en cinco años. La llegada de Morales ha traído estabilidad a nivel gubernamental, por lo menos.

¿Y ha conseguido también estabilidad económica y social?

Su llegada ha coincidido con el aumento de los precios de las materias primas, y está consiguiendo los mejores resultados económicos en muchos años. Eso ha permitido que se reduzca mucho el porcentaje de bolivianos que viven por debajo del umbral de la pobreza.

¿A qué se debe ésa reducción de la pobreza: a los precios internacionales de las materias primas o a la redistribución de la riqueza?

A las dos cosas. A que se ha redistribuido mejor la riqueza y a que los precios de las materias primeras se pagan muy bien ahora en el mercado internacional. Además, el gobierno ha aumentado sus recursos nacionalizando los hidrocarburos, por ejemplo.

¿Evo Morales es el primer presidente boliviano que se toma en serio la redistribución de la riqueza?

Sus sucesores anteriores fueron muy corruptos, algunos de ellos dictadores. Lo que ha conseguido su gobierno es que la población indígena sea la protagonista y una redistribución más equitativa de los recursos. A pesar de todo, los dos últimos años han empezado a ser más conflictivos.

¿Se ha acabado el idilio que parecía que hubiera entre la población y Evo Morales?

Este país es muy difícil de gobernar porque hay realidades muy dispares; es muy difícil mantener contento a todo el mundo. El partido del gobierno ha caído en el error de abusar de su mayoría parlamentaria, y ha pasado de diálogo a la imposición.  Lleva ya un par de años de política de hechos consumados, y sólo empiezan a negociar cuando la pelota es muy grande.  Eso daña la credibilidad del gobierno. Aun con todo, todavía es un ejecutivo muy fuerte.

Ayala en el rincón de su casa donde ha colgado las fotografías de sus periodistas de referencia

Retrocedamos unos años. ¿Cómo consiguió llegar Evo Morales al poder?

Es curioso, porque cuando Evo Morales ganó su primer mandato, el mismo embajador de los EEUU ayudó a que Evo creciera en las encuestas, ya que lo calificó como el enemigo de Bolivia. Esas declaraciones desafortunadas exacerbaron a los bolivianos. A pesar de todo, en 2001 Evo ya era un personaje que estaba en ascenso como dirigente cocalero y diputado.

¿Cuál es la relación actual entre Bolivia y los EEUU?

No hay una relación estable. No es de hostilidad, pero sí de calma tensa. Actualmente no hay embajador norteamericano en La Paz, y de vez en cuando Evo sale con acusaciones contra los EEUU. Lo que más ha influido es la política antinarcóticos, ya que Morales echó a la DEA de Bolivia, una herramienta que usan los norteamericanos también para hacer espionaje.

¿Sigue habiendo corrupción gubernamental?

Continúa siendo uno de los más corruptos de América Latina, pero Evo sí ha hecho cosas que no habían hecho anteriores presidentes, como por ejemplo apartar a su mano derecha (Santos Ramírez) por verse implicado en un caso de corrupción. Si alguien de su entorno está manchado, lo aparta y deja que actúe la justicia. El problema de la corrupción no se ha solucionado porque está muy arraigado, está institucionalizado.

¿Cómo valora la cercana relación que mantiene Bolivia con Venezuela y Cuba?

No sé si está relación le favorece o perjudica, son las alianzas que un gobierno toma como país. Para un estado como Bolivia son muy importantes las relaciones con países de la región. Si Bolivia está distante de los EEUU no es por ése triángulo, sino por echar a la DEA de su territorio y la humillación que eso representa para la primera potencia mundial.

¿Qué cree que pasará con Bolivia en las próximas elecciones, en las que no se podrá presentar de nuevo Evo Morales?

El MAS (Movimiento al Socialismo) es aún un partido muy fuerce y ahora no tiene rival que le haga sombra. Obviamente, faltan bastantes años para los siguientes comicios, y por eso es muy difícil hacer pronósticos. La política es un circo con políticas de última hora. El mayor enemigo del gobierno actualmente es él mismo; si continúan con esa actitud de hechos consumados y prepotentes pueden perder apoyos.

Hablemos ahora de una reforma muy importante acometida en el 2009, la de la Constitución. ¿Por qué se modificó?

Porque era una constitución muy alejada del país. Con los cambios se constitucionalizaron muchas cosas que no estaban en ella, como la propiedad de los recursos naturales, derechos indígenas etc., y se hizo más inclusiva. La anterior era más de corte europeo y antigua, no calzaba tanto con la realidad que se vive aquí. La actual Carta Magna aún está en pañales; hay más cosas sobre el papel que tangibles, pero se está avanzando para que lo que está en el papel en unos años sea más palpable.

¿Cuál es el principal problema que tiene actualmente Bolivia?

Falta aún ambiente de diálogo entre gobierno y grupos sociales que están excluidos, entre gobierno y oposición…estamos siempre en un bucle y cada año hay una o dos grandes crisis. En lugar de administrar el país se pierde mucho tiempo en luchas, y eso hace que no se evolucione tanto como indican los índices económicos.

¿Y su principal potencial?

Es un país que si empieza a industrializar sus recursos naturales y deja de vender la materia prima en bruto tiene mucho ganado para conseguir ser uno de los motores de la región. Se está yendo hacia eso, per muy lentamente.

¿Qué opinión le merece el panorama mediático en Bolivia?

El mercado es muy pequeño en Bolivia, y eso es un hándicap. Al mismo tiempo, es un mercado muy virgen que te permiten iniciativas como Pie Izquierdo. La crítica que haría de los medios bolivianos es que son excesivamente politizados, más que en otros países. Hay poca información de cultura, pocas crónicas o reportajes. Hay poco periodismo para la gente, y todo para las altas esferas políticas y económicas. Creo que hay demasiado periodismo de declaraciones y poco de investigación; es muy extraño cuando un medio destapa un caso  de corrupción. No es de baja calidad, pero si encorsetado.

¿Se ve viviendo siempre en Bolivia?

De momento, sí. Mi mujer e hija son bolivianas. Es un lugar muy cómodo para viajar a otros países porque tiene muchas fronteras. Además, soy un enamorado de una ciudad como La Paz, fría como Vitoria. Es una ciudad increíble, rodeada de montañas, y tiene mucho magnetismo. O te enamora o la odias profundamente. Yo me he enamoré de ella muy fácilmente. A España no voy ni aunque me ofrezcan un buen puesto de trabajo; aquí soy muy libre trabajando.

¿Y cómo ve desde la distancia la situación por la que pasa España y Europa?

Sigo la información que llega de allí. La crisis es muy jodida y no creo que se solucione en un corto plazo; esto va para largo. Como todas las crisis, me imagino que será algo cíclico, no veo que  sea un callejón sin salida. Y lo veo con pena, por ser una situación muy deprimente. Aquí informan poco de lo que pasa allí. Bolivia es un país muy ombliguista en cuanto a la información.

¿De qué se siente muy orgulloso de haber escrito en Bolivia?

Siempre busco historias locales pero que tengan componentes que las hagan universales. Hay un perfil del que me siento bastante orgulloso, el que hice del sastre de Evo Morales. Él ha sido sastre de la mayoría de presidentes del país en los últimos 30 años. Fue una excusa para hablar de poder a través de algo tan puntual como los quehaceres del sastre.

¿Y sobre qué le gustaría escribir en Bolivia y todavía no lo ha hecho?

Hay mil cosas pendientes por escribir en Bolivia.

¿Qué lectura nos puede recomendar para entender Bolivia?

Acaba de salir una antología de crónicas bolivianas de la editorial El cuervo: ‘Bolivia a toda costa’. Reúne crónicas de periodistas y escritores diferentes. Lo bueno es que se habla de todo el país y son textos muy variopintos. Es una visión del país bastante actual.

 

A Álex Ayala se le puede seguir en:

alexayala.blogspot.com

29 marzo, 2012

Entrevista a Claudio Aliscioni, editor de la sección de política internacional del diario argentino Clarín

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“El Peronismo ha sido un invento de la burguesía para impedir el surgimiento de un partido grande de izquierdas que llegara a gobernar”

Claudio Aliscioni es un periodista que ama dos disciplinas aparentemente diferentes pero con muchos puentes en común: la política internacional y la Filosofía. Desde 1996 es editor de la sección de política internacional del diario Clarín, el rotativo más leído y con más proyección de Argentina, y con anterioridad colaboró con las agencias de noticias Inter Press (IP) y Associated Press (AP), además de ser locutor y redactor de informativos en diferentes emisoras bonaerenses. Conoce bien Europa, puesto que ha cubierto muchos acontecimientos acaecidos en el viejo continente, así como algunos políticos españoles de peso, tales como Felipe González o José María Aznar. A su ocupación actual le roba tiempo para escribir, y fruto de ello es un libro que acaba de editar titulado El capital de Hegel.

¿Qué es lo que aún le sorprende de Argentina?

Su capacidad de transformación. Creo que aún me sorprenda que Argentina haya sido históricamente presentada como el modelo y país de futuro y que a un siglo de ese momento aún tengamos esperanza de que el país pueda mejorar. Ha sido un siglo de logros, pero aun así Argentina está en decadencia.

Desde Europa se coincide con este pensamiento. Es un gran país, con mucha extensión, materias primas y población cualificada pero no acaba de arrancar. ¿Por qué?

Hay una confluencia de causas que explican este fenómeno. Si tuviéramos que elegir un motivo por el cual el país no acaba de dar el salto es por su dirigencia; y no me refiero sólo a los políticos, si no a los líderes empresariales, sindicales…creo que la clase política y empresarial de Argentina no ha sabido estar a la altura. Hay que tener en cuenta también que hemos sido durante muchos años el patio trasero de los Estados Unidos, una potencia que ha puesto trabas para que evolucionáramos los países del Sur. Además, Argentina es un país difícil de gobernar, con muchas corrientes migratorias, intereses particulares…

Comentaba que el país se encuentra en decadencia. ¿Quiere decir eso que no alberga esperanzas para que ocupe el lugar que le corresponde en el panorama internacional, como parece que poco a poco está consiguiendo Brasil?

Brasil tiene tres cosas que Argentina no tiene: una clase política que sabe lo que quiere, en la oposición y gobierno; tiene una política exterior que se mantiene a lo largo del tiempo, que no es pendular y que es sostenida por la izquierda y la derecha; y finalmente tiene una clase empresaria, no rentista como la argentina. Casi la mitad de la deuda externa argentina está afuera en concepto de ahorro en países como Suiza o paraísos fiscales. Eso no se da en Brasil. El Brasil feudal que permanece en el norte del país no es el mismo que ahora existe en São Paulo, moderno y burgués.

Pero habiendo asistido a un acontecimiento como el corralito del 2001, dígame usted quién es el patriota que guarda sus ahorros en Argentina, cuyo sistema financiero no es de fiar…

La gente no tiene confianza aún en el sistema. La prueba de ello es que en las últimas elecciones ganó Cristina Kirchner con mayoría absoluta y a los dos o tres días de los comicios los argentinos empezaron a sacar la plata del país. El gobierno tuvo que imponer un control en el dólar porque si no se producía una corrida. El argentino, a diferencia del español o el italiano, nunca ha vivido bien, está entrenado a esquivar el problema. Lo que para un español es una crisis para el argentino no lo es, así como los problemas de los argentinos de mediados del siglo XX eran minucias comparados con los que tenían los españoles, que llegaban al país huyendo de la guerra civil y la dictadura de Franco.

Por las calles de Buenos Aires hay infinidad de pintadas a favor de los Kirchner. ¿Cómo ha pasado el pueblo argentino de odiar a la clase política (“váyanse todos”) a venerarla en sólo diez años?

La mitad del país es kirchnerista y la otra mitad no. El Kirchnerismo surgió tras el corralito, un fenómeno consecuencia de las políticas neoliberales de Ménem. Fue una época en que había ausencia del Estado; robo de lo público; ganancia exacerbada de las empresas nacionales e internacionales; la idea de que no había un proyecto de país; y se entregaba todo al capital extranjero. La clase media argentina, que es muy política, se desesperaba, pero se aprovechaba de la situación para viajar fuera, por ejemplo. Eso explotó, y la gente le echó la culpa a la clase política. Hubo cinco presidentes en apenas diez días. Cuando uno de ellos -Duahlde- llama a elecciones, se presentan dos: Ménem y Néstor Kirchner. En la segunda vuelta se retira cobardemente Ménem cuando vio que iba a perder. Kirchner ganó pero con muy poco apoyo, con apenas el 20% de los votos, y no le quedó otro camino que hacer todo lo que la gente quería, como decir a las multinacionales españolas que se dejaran de quejar. También dijo que pagaría lo que podría de la deuda externa, no lo que le pedían. Empezó a defender la educación pública, la inversión pública y tener un proyecto de país. Esas medidas visibilizaron a Néstor Kirchner como un líder fuerte. Y otra gran acción que hizo fue tomar el emblema de los Derechos Humanos y llevar a juicio a los responsables de la última dictadura. Finalmente, tiró abajó la Corte de Justicia, con nueve miembros menemistas, y puso una Corte ejemplar.

¿Y cómo pudo cambiar radicalmente la política de un país y llevar a cabo acciones tan valientes?

La industria no empezó de cero, así que el crecimiento económico avaló todas las medidas que tomó Kirchner. Su gobierno empezó a patinar cuando intentó meter mano en el bolsillo de los ganaderos para sostener el modelo. El sistema impositivo argentino, a diferencia de Europa, es regresivo: paga el que menos tiene. Como no quería cambiar el sistema impositivo metió la mano a los asalariados y a los empresarios del campo subiendo los impuestos radicalmente.

¿Meter la mano en el bolsillo del asalariado y de los empresarios del campo fue su principal error?

Sí, porque se granjeó su enemistad. En Argentina nuca se ve adónde va el dinero que nos sacan a través de impuestos.

¿En qué difiere el Kirchnerismo del Peronismo?

En Europa son normales: o son de derechas o de izquierdas. Es difícil de explicar, el Partido Peronista, como dijo Perón, es un movimiento. Tiene sus raíces en el fascismo italiano de Mussolini. Un movimiento que trata de aglutinar tanta gente como se pueda entorno a un ideal, al margen de ser de izquierdas o de derechas. Ese movimiento, el Peronismo, se fue transformando en un partido político, con diferentes ramas. Si uno participa en tres o cuatro principios peronistas ya se puede identificar con el movimiento. Hay una relación directa entre líder y la masa, saltándose las instituciones. Por otro lado, el Peronismo lamentablemente ha hecho de tapón para que naciera un partido de izquierdas real en el país. Aquí no existe un gran partido de izquierdas, por eso creo que el Peronismo ha sido un invento de la burguesía que trataba de impedir el surgimiento de un partido grande de izquierdas que llegara a gobernar. El Peronismo siempre estuvo ligado a la clase dirigente. Existen muchas diferncias, a pesar de que el Kirchnerismo sea un movimiento desprendido del Peronismo. El Peronismo no se entiende sin el sindicalismo, y el sindicalismo tiene problemas ahora con el Kirchnerismo. Para los kirchneristas el país empezaba con ellos. Delirios de extremo poder: o yo o el diluvio. Ya se lo creyeron en su momento Perón y Alfonsín.

No obstante, lo que ha trascendido del Peronismo son avances sociales propios de la izquierda, como derechos a los trabajadores y a las mujeres…

Perón se dio cuenta de que la única manera de dominar al pueblo era dándole cosas. Creó algunos conglomerados empresariales nacionales, el voto de la mujer, derechos sociales y creció la economía. Fuera faltaban alimentos e industria ya que nos encontrábamos en la segunda Guerra Mundial, así que nuestra economía pudo crecer y se propagó la fama de Perón.

El nuevo gobierno de Cristina Fernández de Kirchner la está tomando con los sindicatos porque  se siente más fuerte que nunca?

Exactamente.

Pero aquí los sindicatos tienen un poder desproporcionado. ¿No cree que hasta cierto punto es lógico que el gobierno intente rebajar la influencia que ostentan?

Aquí los sindicatos tienen una fuerza desproporcionada porque todos son peronistas; un contrapoder usado por el Partido Peronista para imponer su agenda. A Alfonsín, por ejemplo, le hicieron trece paros generales, y a Ménem, que vendió y destruyó el país, ni uno. ¿Cómo pudo suceder eso? Porque eran del mismo partido, y el sector político compró al sindical. Cualquier argentino te dirá que los sindicatos acá son mafias.

Entonces, si se mete en ese embrollo Cristina Fernández de Kirchner puede salir muy perjudicada…

Mucho. Lo que ha hecho Cristina con su arrogancia no lo había hecho ningún partido de la oposición: unir todas las ramas de los sindicatos contra el gobierno. Y va a traer cola, ya que no puedes gobernar este país sin los sindicatos.

Parece que empieza mal la segunda legislatura…

Yo no diría que empieza mal, en Argentina nunca se sabe.

Claudio Aliscioni es un amante de la Filosofía

¿Qué cambios introdujo Cristina Kirchner en su primer mandato?

Se suponía que iba a ‘emprolijar’ el modelo de Néstor Kirchner, es decir, mejorar las instituciones, que habían sido maltratadas por él. También tenía la idea de situar de nuevo a Argentina en el mundo y favorecer el diálogo con la oposición. Algunas políticas positivas que llevó a cabo fueron invertir más en prensa, dotar de más recursos a la educación y la ciencia, y dar más énfasis para erradicar a la pobreza. En cambio, creo que el actual gobierno se equivoca con la política económica que hace, y que están subsidiando a familias que no lo necesitan. ¡Hasta han subsidiado el futbol de primera división! Están dividiendo a la población argentina, o estás conmigo o contra mí. El gobierno se jacta de que estamos en el mayor crecimiento económico de la historia de Argentina. Cierto es que se han hecho algunas buenas políticas, pero se olvida de citar que el 45% de los beneficios se obtienen gracias a la venta de la soja, y es el mercado internacional quien marca el precio.

¿Cree entonces que Argentina apuesta demasiado por la exportación de la soja y la carne y que no diversifica suficiente su economía?

Exactamente, ese es un gran problema. Este país debería tener tres o cuatro nichos industriales que aprovechen el potencial humano, y no los tiene. En Brasil, en cambio, hay una política de estado y liderazgo que marca y crea sus nichos.

¿Está siendo Brasil más previsor que Argentina de cara el futuro?

Brasil tiene planes, un perfil de país. En este momento es una bendición de que Brasil esté creciendo tanto, aunque la balanza comercial sea favorable a ellos.

Así que Brasil tiene más planes B que Argentina…

Sin duda. En Argentina no hay un liderazgo político en economía como se precisa.

¿Peligra el crecimiento de Argentina debido a la grave crisis por la que está pasando Europa?

Evidentemente, como también nos afecta que China deje de comprarnos. Brasil está siendo afectado por la situación económica internacional, y nosotros recibiremos eso porque estamos demasiado asociados a ellos.

Volvamos a hablar de la presidenta. ¿Le parece bien a los argentinos que Cristina se aprovechara de la figura de un difunto Néstor Kirchner para hacer campaña?

Lo usó, pero obtuvo el 60% de los votos, así que quiero pensar que a la población no le importó.

Se cree un matrimonio Evita-Perón II?

Hay un intento evidente desde presidencia de crear este mito.

El problema es que no hay una oposición que plante cara…

La oposición argentina es lamentable. No hay figuras, ideas ni partidos, y no hay perspectivas que existan en un futuro. Volviendo a Brasil, el partido de Lula (el Partido de los Trabajadores, PT) nació hará unos cuarenta años y fue escalando poco a poco, y no ganó la presidencia hasta en la quinta vez que se presentó el PT. Eso en Argentina no pasará.

A parte de la dirigencia, ¿qué otros grandes obstáculos tiene el país?

Creo que cada vez se respetan menos los límites y no nos acordamos de que a parte de derechos tenemos obligaciones. Se está anarquizando poco a poco la sociedad. En televisión, por ejemplo, ahora se insultan a las tres de la tarde, algo impensable quince años atrás. No respetamos los límites que nos hemos impuesto.

¿Y de donde procede este cambio?

A la manga ancha que ha dado el gobierno, que actúa como el papá. Y eso es muy peligroso, porque cuando se quiera volver a imponer el orden te pueden tachar de dictador. Los militares nos inocularon que orden es igual a botas, y no es verdad. Orden puede ser diálogo. La sociedad argentina cambió con los militares en todos los sentidos. Hoy día se naturaliza la falta del límite, volvemos al estado de Hobbes. Y eso me preocupa mucho, ya que no se ve. La sociedad no es sólo economía.

Ya que ha hecho mención de la Armada. ¿Considera que la dictadura es una herida cerrada?

Se ha hecho mucho. De América Latina, Argentina es el país señero en ese sentido. Tenemos muchos quilombos aquí, pero el tema de la dictadura no lo tenemos.

Antes de terminar la entrevista me gustaría preguntarle por algo que le toca muy de cerca. ¿Como empezó la guerra entre el gobierno y Clarín? ¿Es realmente un monopolio el Grupo Clarín?

El berrinche de Kirchner empezó cuando quiso que el Estado participara de las acciones del Grupo y se le dijo que no. Obviamente, también le molestaba los titulares negativos que podía recibir tanto de Clarín como de Nación…el gobierno siempre pensó que la prensa fue responsable de que la clase media le diera la espalda. Un delirio absoluto. El mismo Perón decía: “llegué al gobierno con toda la prensa en contra y me derrocaron con toda la prensa a favor”. Es decir, no hay una relación directa entre prensa y permanencia en el gobierno, pero este ejecutivo cree que sí. Ya hay una Ley de Medios aprobada en la legislatura anterior que tiene algún artículo en suspenso ya que afecta a derechos adquiridos. La ley ordenaba que  los medios no pudieran tener una cantidad concreta de radios, canales de TV y periódicos. El problema es que Clarín no es un monopolio, sino un grupo líder de prensa y un diario hegemónico porque es el más leído. El objetivo de toda la ley no es luchar contra un monopolio que no existe, sino evitar la crítica y monitorizar la opinión pública.

¿Qué lectura nos puede recomendar para entender más a Argentina?

Hay muchos libros, pero me gustaría destacar ‘Historia de una pasión Argentina’, de Eduardo Mallea; ‘Sobre héroes y tumbas’, de Ernesto Sábato; y cualquiera de Jorge Luis Borges.

 

A Claudio Aliscioni se le puede seguir en:

Diario Clarín


29 febrero, 2012

Entrevista a Robert Mur, corresponsal de La Vanguardia en Buenos Aires

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“Si Argentina no hubiera invadido las Malvinas ahora probablemente volverían a ser suyas”

Diplomado en biblioteconomía y periodismo, Robert Mur es el corresponsal de La Vanguardia en Sudamérica. Ha colaborado también con otros medios, como La Voz de Galicia o COM radio, y fue miembro fundador de la Agència Catalana de Notícies (ACN). En Chile, donde trabajó como corresponsal durante tres años, cubrió la muerte de Pinochet y el ascenso al poder de Michelle Bachelet, y todavía le sobró tiempo para fundar la Peña Oficial del Barça de Chile. Ya hace cinco años que Mur vive en Buenos Aires, desde donde informa de todo el que pasa en la región.

¿Qué es lo que aún le sorprende de Argentina?
Para ser corresponsal es básico que te sorprendan cosas. Cuando te dejan de sorprender quiere decir que o bien llevas muchos años o bien estás muy aburrido y ya no tienes ganas de buscar cosas que sorprendan. En general, lo que todavía me fascina de los países latinoamericanos es la capacidad que tienen para no dejar de sorprender. Yo empecé a vivir en Chile, donde vi cosas de realismo mágico. Es un continente que está en desarrollo muy rápido y convives con muchas realidades, desde pobreza a la riqueza más opulenta. Esta diferencia de nivel es lo que todavía me sorprende hoy.

Hace algunas semanas que se ha constituido la segunda legislatura de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner con unos ministros más personales, puesto que durante la primera arrastraba muchos cargos del anterior gobierno, encabezado por su difunto marido Néstor Kirchner. ¿Qué cambios se esperan para esta legislatura?
Los ministros del riñón, denominados también los pingüinos por ser de la provincia de Santa Cruz, casa de los Kirchner, son los que vienen de la legislatura de Néstor. Cristina quizás cambiará secretarios, algunos de los cuales ostentan mucho poder, pero no ha cambiado a los ministros clave. Básicamente ha ascendido al ministro de Economía, Amador Boudou, a vicepresidente (el nuevo ministro de Economía será Hernán Lorenzino), y ha nombrado un nuevo ministro de gabinete, que será Abal Medina, un hombre joven cercano a los Kirchner y que representa la regeneración.

Rebobinamos un poco para poder entender el presente. ¿Cómo consiguió Néstor Kirchner sacar el país del pozo en que se encontraba el 2003 y cómo hace Cristina para mantener actualmente un crecimiento económico tan elevado?
Ahora se cumplen diez años del corralito, una consecuencia de la quiebra del sistema. Ménem, el presidente que había gobernado desde el 1989 al 1999 mantuvo una política neoliberal y malvendió las empresas nacionales…Se devaluó la moneda, cuando ficticiamente uno peso valía un dólar, y al devaluarse los ciudadanos vieron como sus ahorros pasaron a valer sólo un tercio. Esta situación se cambió primero diciendo al FMI que Argentina aplazaba el pago de su deuda, a pesar de que finalmente lo acabaron pagando antes de tiempo. Después, Néstor Kirchner y su ministro de Economía, Roberto Lavagna, dieron confianza a los empresarios, lo que falta ahora en Europa. Empezaron a crear industria propia y protegiendo el mercado nacional. Esta es una receta que cualquier país en crisis podría usar. En Europa no lo podemos hacer porque habría que desmontar la Unión Europea. Además, el crecimiento reciente de Argentina se debe también en buena parte a los altos precios de las materias primas que exporta el país en el mercado internacional.

¿El corralito fue una consecuencia de la política económica de Carlos Ménem?
Sí, seguramente. A Ménem lo votó la primera vez el 47% de los argentinos y cerca del 50% en su segundo mandato, pero ahora es difícil encontrar alguien que reconozca abiertamente que le apoyó. Deshizo una industria propia y no la sustituyó por nada. Además, se dependió en exceso de la producción agrícola, un sector que ahora está empujando de nuevo el crecimiento del país.

¿Las familias que perdieron dinero con el corralito han recuperado los ahorros?
Hay de todo. Hay gente que sacó dinero antes del corralito y que sí salvaron los ahorros. Se crearon unos bonos de deuda argentina a largo plazo que vencen ahora, pero muchos quisieron el dinero antes y perdieron por el camino.

¿Hay peligro de un nuevo corralito?
Ahora mismo no, es muy difícil. Todavía hay muchas reticencias con el sistema bancario, a pesar de que se está recuperando la confianza. Aquí la mayoría de la población tiene dinero en cajas de seguridad de los bancos y no en las cuentas. Hay listas de espera para poder conseguir una caja de seguridad en muchas oficinas bancarias, que además tiene un coste de unos 100 dólares mensuales. También hay mucha economía sumergida. En muchos restaurantes o comercios, por ejemplo, no aceptan tarjetas de crédito.

Robert Mur leyendo delante de La Casa Rosada

¿Cómo se posible que un país que lo tiene todo -población cualificada, territorio, recursos naturales etc- no acabe de progresar? ¿Se debe de todo a la clase política?
El 2001, con la crisis, el eslogan más repetido era ‘Que se vayan todos’. La población estaba harta de los políticos, un fenómeno que se ha empezado a ver en España con los Indignados. Los gobiernos en Argentina han acabado cayendo casi siempre en un cierto autoritarismo y la población ahora hace 10 años se dio cuenta que no hay recetas mágicas. Paradójicamente, el 2003 subió al poder Néstor Kirchner, un político que había apoyado a Ménem y con un largo recorrido sobre todo en su provincia de origen, Santa Cruz.

Argentina siempre se ha asociado a corrupción. ¿Hay tanta como se percibe desde el exterior?
Hace poco salió el resultado de un informe internacional sobre corrupción que situaba a Argentina entre los diez países más corruptos de América (el número 100 a nivel global). Pero no sólo hay corrupción en Argentina, también en España, por ejemplo. Aquí, en cambio, hay una corrupción muy básica, y es muy difícil que se juzgue un caso de corrupción que se ha producido durante un mismo mandato. Un ejemplo son los casos de corrupción que se produjeron durante el menemismo, que están aflorando apenas ahora.

Por el que he podido ver en pintadas en la calle y conversaciones con ciudadanos, parece que los Kirchner hayan vuelto la ilusión por la política a mucha gente, sobre todo a los más jóvenes. ¿Comparte este punto de vista?
En términos de cargos políticos no ha cambiado nada. Si miras quienes son los responsables en las provincias verás que cerca del 70% ya ocupaban estos lugares durante el menemismo, y no me refiero solo a gobernadores, sino también a senadores, diputados, alcaldes…

Formalmente quizás no ha habido un cambio, ¿pero es posible que los ciudadanos perciban que sí?
Esto son percepciones que no se pueden confirmar. Las encuestas dicen que la gente ha votado a Cristina Fernández de Kirchner porque parece que les puede garantizar la estabilidad económica y política, y también porque les recuerda a su difunto marido. No creo que haya una renovación de la clase política; me da la sensación que en ninguna parte, ni en Argentina ni en España, a los ciudadanos los importa quién gobierne, lo que quieren es que les solucione los problemas. Una de las claves de los kirchneristas es que son peronistas pero también kirchneristas, una renovación política. El peronismo de Kirchner es de la rama más progresista.

¿Qué progresos, aparte de la recuperación económica, han aportado los dos gobiernos de Kirchner?
El principal adelanto y que no genera discusión es la defensa de los Derechos Humanos. La mayoría de la población está agradecida que el gobierno haya permitido de nuevo los juicios a responsables de la dictadura militar. También reformó la Corte Suprema, y se ha avanzado mucho en políticas sociales, con iniciativas como la Asignación Universal por Hijo, ordenadores en las escuelas, la mejora del salario mínimo y las pensiones etc. Sin embargo, un político opositor te desmontaría todos estos adelantos; existe mucha controversia. Para ponerte un ejemplo: las Madres de Plaza de Mayo se han visto involucradas en un escándalo de corrupción en un caso en que el estado les encargó construir viviendas de protección oficial. El gerente se quedaba el dinero e incluso tenía un Ferrari. Por lo tanto, se han hecho cosas en el país y la gente con menos recursos ahora tiene más beneficios sociales, pero no todo son avances. Un contraste, no obstante, con la década de Ménem.

¿Ha habido mucha diferencia política entre el gobierno de Néstor Kirchner y el primero de Cristina Fernández de Kirchner?
Cristina dijo cuando asumió el gobierno -todavía vivía su marido- que Néstor y ella eran una ‘sociedad política’. No creo que haya habido diferencias entre un gobierno y el otro. Cuando murió Néstor, Cristina tuvo que demostrar que ella controlaba el poder. Fue un momento muy crítico, pero salió airosa.

En muchos anuncios de campaña aparece Cristina junto a Néstor. ¿Cree que se aprovecha políticamente de la muerte de su marido?
Néstor Kirchner está omnipresente. Para mí sí que se aprovecha, pero según los sondeos Cristina está en el gobierno primero por la bonanza económica y en un segundo término debido al recuerdo de Néstor. En el cien por ciento de los actos políticos que ha hecho Cristina habla de Néstor, pero nunca dice su nombre, se refiere a ‘Él’.

Varios pañuelos decoran el suelo de la céntrica Plaza de Mayo

¿Cuáles son los deberes que tiene sobre la mesa en esta segunda legislatura?
Aquí en Argentina es muy curioso porque los partidos van a las elecciones sin programa político específico, solo con propuestas muy generales. Ella, por ejemplo, ganó las últimas con la promesa de “profundizar el modelo”, pero esto es bastante ambiguo. El principal problema que tiene es la inflación. Ahora mismo hay más de un 20%, y se tienen que estabilizar urgentemente los precios.

Brasil está emergiendo como potencia mundial y representante de la región en el panorama internacional. ¿Cómo se ve desde Argentina el nuevo rol de supremacía que está adquiriendo el país vecino?

¿Y qué relación tiene Argentina con otros países limítrofes, como Chile o Uruguay?
Con Chile siempre existe un estira y afloja simbólico pero ahora no hay ningún conflicto. Hay más rivalidad con Uruguay que con Chile. Con Chile la rivalidad es histórica, en cambio con Uruguay todavía se arrastra el conflicto por la papelera.

Con quien no tenía buena relación Argentina es con el Reino Unido debido a un episodio histórico: la guerra de las Malvinas. ¿Todavía está presente en la calle que “las Malvinas son argentinas”?
Constantemente. A las cumbres internacionales a las que va la presidenta el tema de las Malvinas siempre está en todas las resoluciones finales, y tiene un consenso unánime en todos los países de América Latina. Chile, en un momento dado de la guerra apoyó al Reino Unido y esto se le tiene en cuenta, pero actualmente todos los presidentes chilenos también apoyan a Argentina. Si viajas por el país verás en cada ciudad calles con el nombre ‘Malvinas argentinas’.

¿Las relaciones diplomáticas y económicas entre Argentina y el Reino Unido se resienten aún hoy?
Realmente no hay un conflicto entre ambos países. Siempre sale el tema, a pesar de que el Reino Unido intenta aparcarlo, pero no hay enfrentamiento directo. Al gobierno argentino le conviene mantener un enemigo exterior, y además este es un conflicto que tiene un consenso máximo entre la población. Las islas aparecen a los mapas y se estudian desde pequeño, e incluso se da el tiempo que hace allá. Esto lo encuentro absurdo, puesto que la mayoría de los habitantes de las Malvinas son británicos. Antes de la guerra, los kelpers (habitantes de las Malvinas o islas Falkland, en inglés) venían a Buenos Aires al médico, la universidad, a comprar… y ahora van a Montevideo y a Santiago de Chile. Si Argentina no hubiera invadido las islas ahora probablemente se habría acabado la soberanía británica y serían argentinas. Será muy difícil que se resuelva con la actitud de reclamación constante por parte de Argentina, sobre todo porque no hay argentinos viviendo en las islas.

Y de un capítulo negro de la historia reciente del país pasamos a otro. Comentaba que Néstor Kirchner ha vuelto a traer a juicio a los responsables de la dictadura militar (1976-83) después de unos cuantos casos de amnistía durante el gobierno de Ménem. ¿Se ha finiquitado del todo el episodio de la dictadura militar?
Este es un tema complejo. Gracias a Néstor Kirchner se han podido juzgar a todos los que participaron, al nivel que fuera. Durante aquellos años aquí se persiguió sin sentido a gente simplemente porque su nombre aparecía en una libreta de un detenido. Se violaron los Derechos Humanos de manera flagrante y constante.

¿Por qué permitieron los militares la aparición del movimiento de Madres de Plaza de Mayo y qué papel juegan actualmente?
Al principio no se les permitió manifestarse; de hecho a una de las fundadoras la mataron. Aquella ejecución les dio más fuerza y recibieron un apoyo muy importante de la prensa internacional; las convirtieron en un emblema e intocables. El papel que jugaron fue muy importante porque mantuvieron la lucha, pero actualmente la entidad está desprestigiada puesto que se han politizado completamente. El apoyo en el gobierno de Kirchner ha ido demasiado lejos y ahora apoyan al gobierno en todo el que hace, no sólo en materia de Derechos Humanos. Las Abuelas de Plaza de Mayo, en cambio, se han sabido distanciar de la clase política y han sido más diplomáticas, aunque también apoyan a los Kirchner.

¿Qué tarea llevan a cabo, pues, actualmente?
Se presentan como acusación a los juicios, hacen de testigo etc. Pero el gran trabajo ahora lo hacen las Abuelas, que buscan nietos, es decir, hijos de sus hijos desaparecidos. Se calcula que hay unos 500 casos de nietos desaparecidos y se ha encontrado un centenar. En su sede tienen un archivo y allá los abuelos y familiares graban vídeos que se dan a los nietos cuando se encuentran, así pueden conocer la historia verdadera y su familia biológica. El discurso principal de las Abuelas es encontrar sus nietos, no hay un discurso tan político de fondo*.

Antes de acabar la entrevista me gustaría hablar de la situación mediática del país y de la confrontación entre el gobierno y el principal grupo, Clarín. ¿Por qué empezó este conflicto?
Clarín, como bien dices, es un grupo mediático pero no un monopolio, tal y cómo afirma el gobierno. Es un medio hegemónico como Prisa en España o el Grupo Godó en Cataluña. No se sabe exactamente qué pasó para que se rompiera la relación cordial que había entre Clarín y Néstor Kirchner. Dicen que el punto de inflexión es el posicionamiento del diario, el 2008, en la guerra del campo, en que Cristina Kirchner perdió la votación de incremento de impuestos al campo por el voto negativo del ex vicepresidente Cobos. Y se ha aprobado, a pesar de que todavía no es vigente, la Ley de Medios que complica las cosas a los grupos mediáticos como Clarín. Se ha llegado a una situación insostenible entre el medio y el gobierno nacional. Creo que un gobierno democrático tendría que aguantar estas críticas.

Dejando las polémicas de lado, ¿hay una buena oferta mediática en Argentina?
Aquí está todo muy politizado, la prensa incluida. Hay muy buenos periodistas, sobre todo en los grandes medios, y la oferta mediática es muy similar a la que podemos encontrar en España. En Argentina muchas veces el mismo periodista que propone un espacio aporta también la publicidad, y esta dinámica no favorece el periodismo objetivo e independiente.

¿Qué lectura nos puede recomendar para entender Argentina?
Para empezar a comprender el peronismo y pasarlo bien recomiendo leer ‘No habrá más pena ni olvido’, de Osvaldo Soriano. Y también recomiendo leer toda la obra de Tomás Eloy Martín. Son novelas, pero están basadas en la vida real. El peronismo se basa en un personaje que ya es un mito, así que primero se tiene que entender el mito para después entender el personaje.

A Robert Mur se le puede seguir en:

La Vanguardia
Bloc de La Vanguardia
Twitter: @robertmur

*Se estrenó recientemente en Argentina una película titulada ‘Verdades Verdaderas’ que precisamente explica el nacimiento y la tarea que lleva a cabo la asociación Abuelas de Plaza de Mayo.

19 enero, 2012

Entrevista a Ángel Sastre, corresponsal de La Razón, Onda Cero y Cuatro para América Latina. Radicado en Buenos Aires

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“Los sindicatos se han vuelto un lastre para este país”

Uno de los últimos premios Larra (galardón que otorga la Asociación de la Prensa de Madrid a los periodistas más destacados del año) recayó en el siguiente entrevistado, Ángel Sastre. En concreto, fue en la categoría que distingue al periodista menor de 30 años más notable del curso. «Ha desarrollado una intensa y eficaz labor profesional en circunstancia difíciles y precarias», argumentó el jurado. Y éso precisamente es lo que hace Sastre. Buenos Aires, capital en la que vive desde hace cinco años, le sirve como base de operaciones para moverse constantemente por toda Latinoamérica e informar a España de lo que allí acontece. Guerras, terremotos o cambios presidenciales son algunas de las noticias que ha narrado en primera persona.  

 ¿Qué es lo que aún le sorprende de Argentina?

Me sorprende la capacidad que tienen los argentinos para reinventarse. Cuando ves que están en un hoyo, salen; vuelven a cometer los mismos errores y se meten en otro hoyo. En definitiva, me fascina la capacidad que tienen en los ascensos y descensos de los infiernos.

¿Y qué le sorprende aún de Sudamérica?

La felicidad; la alegría; la amabilidad. La felicidad que tiene el continente en contraposición con España. Aquí todavía ves gente feliz y amable. ¿En qué momento perdimos eso nosotros?

¿Ha cambiado su opinión de Argentina y del continente desde que vive aquí?

Mi perspectiva está cambiando un poco políticamente. Empecé siendo muy crítico con el kirchnerismo, con el subsidio y los clientelismos, no sólo aquí en Argentina sino también en otros países como Bolivia, y ahora veo que hace falta durante un tiempo. A veces hace falta un político radical que enderece el país. Antes demonizaba que un obispo llegara al poder, los indígenas que nacionalizaban todo…pero claro, hay que entender la historia del país, lo que se sufrió hasta que pudo llegar al poder gente como Chávez…estoy empezando a entender un poco más a algunos políticos que no entendía.

Así que cree que desde Europa se juzga demasiado a la ligera los líderes sudamericanos…

Totalmente. En España no hay ningún diario que hable bien de Evo Morales, Cristina Kirchner, Chávez o Castro. Ni periódicos de izquierda ni de derechas.  

¿Le sorprende?

No sé si me sorprende o no, sólo creo que no está bien que no haya divergencia de opiniones.

Entremos de lleno en Argentina. Recientemente Cristina Fernández de Kirchner inauguró su segundo mandato presidencial. ¿Qué balance hace del primero?

Para mí Cristina empezó a enderezar muchas cosas que estaban torcidas desde la época del corralito y las privatizaciones de los noventa. Cuando sales del infierno es fácil enderezar, o como mínimo están claras las directrices. Aunque cuando uno endereza de una manera radical deja muchas cosas por el camino, como por ejemplo los sindicatos, que hoy tiene que afrontar. Mientras enderezó otorgó muchas licencias peligrosas, hizo un reparto de la riqueza y por el camino se perdió mucho dinero en corrupción y clientelismo. Se está haciendo un mal reparto de las riquezas. Un buen reparto sería el que se hizo en España durante la transición y posteriormente con la Unión Europea. Argentina puso cimientos importantes que dejaron peligros importantes como los sindicatos, que aquí te pueden tumbar. Cristina siguió los pasos de su marido Néstor para estabilizar el país, pero dejó por el camino amenazas para el cimiento.

¿Cambiar estos defectos que se han creado en el trayecto es su reto actual?

Sí, es de lo que todos estamos pendientes, será su prioridad. Ahora ya no será más Evita, será Dilma Rousseff. Quitará subsidios, rebajará la inflación, cederá ante las empresas. Ahora tiene el poder que necesitaba para poder acometer estas reformas.

¿Por qué debería quitar poder a los sindicatos si el país ha mejorado día a día desde que lo cogió Néstor Kirchner en 2003?

Porque hoy por hoy los sindicatos se han vuelto un monstruo imparable, un lastre para el país. Los sindicatos son unos mafiosos que te piden un 30% de aumento de sueldo anual, y ninguna empresa puede soportar eso. Luchan por el derecho de los trabajadores pero están jodiendo el bien común.

¿Es la inflación el principal problema que afronta ahora Argentina?

Sin duda.

¿Y cuál es actualmente el motor económico del país? ¿Ha conseguido diversificar sus fuentes de ingresos?

Ahora vive de las exportaciones, básicamente de las materias primas, como la soja, pero también de automóviles.

¿Se hipoteca concentrándose en la exportación de materias primeras?

Sí, y ese es un problema que se da en toda América Latina. Esta es la historia de siempre, ya lo avisaba Eduardo Galeano en su libro “Las venas abiertas de América”. Si baja el precio de las materias primas van a tener serios problemas. Tienen claro que deberían diversificar más, pero no lo consiguen. También en España se nos dice que deberíamos ser más productivos…

Ángel Sastre tiene que estar al día no sólo de la actualidad argentina, sino de todo lo que sucede en Latinoamérica

En 2001, durante el corralito, se gritaba “Váyanse todos”. Las pintadas que se ven ahora por la calle, en cambio, son a favor del matrimonio Kirchner. ¿Se vuelve a vivir la política con ilusión o pertenecen a unas juventudes que no habían participado aún de ella?

Este es el país de América más activo políticamente. En Argentina, aparte de futbol y mujeres te hablan de política. Que la población se vuelva a ilusionar con la política es un logro de Néstor Kirchner. Cuando él murió lo velaron miles de jóvenes, y es que ciertamente han llevado a cabo políticas inclusivas y en favor de los Derechos Humanos. Cuando uno lo hace tan mal –por Ménem- y llega alguien que lo hace medianamente bien…Es como en España cuando hubo la Transición: después de una dictadura, ¿cómo no vas a estar ilusionado cuando vuelve la democracia? En Argentina la población es culta y está muy preparada, pero los políticos les han estado dando mierda durante mucho tiempo.

¿Y cómo pudo sacar el país del hoyo Néstor Kirchner?

Creo que tendría que haber sido un muy mal político para no lograrlo. Piensa que Argentina tiene un enorme potencial. Hay que seguir siendo un ladrón como Ménem para no sacar del pozo al país. La receta fue muy sencilla: apostar por las exportaciones y proteger el mercado interno. Apostaron por diversificar y hacer más tecnología con la exportación. Ésas fueron las claves. Esas medidas, valientes, son las que no podemos tomar en España porque estamos en la Unión Europea. 

¿Cree que el sistema político en Argentina es populista?

Totalmente. Es populista comparándolo con Europa, pero menos que otros países latinoamericanos. Aquí los muertos no descansan en paz, hay una simpatía por la necrofilia…lo hemos vuelto a ver con el uso de la imagen de Néstor Kirchner en la campaña electoral de Cristina. Pero no sólo es populista en eso, también en algunas políticas. Aquí el gobierno nacional tiene programas como ‘Carne para todos’, ‘Leche para todos’ o ‘Lácteos para todos’ y va regalando por las villas alimentos. ¡Hasta ha nacionalizado el futbol y lo da gratis! Pero en otros países sucede más de lo mismo. En Perú, por ejemplo, el presidente iba regalando frigoríficos y en Ecuador cheques con dinero…

¿Y cómo se estructura el sistema político? Me da la sensación que no hay izquierdas ni derechas ya que el peronismo lo aglutina todo…

Aquí nadie se quiere identificar de derechas, sólo lo hace Mauricio Macri (alcalde de Buenos Aires) y lo hace tímidamente y con el sello peronista.

¿Quién no es peronista en Argentina?

Éste es un tema incomprensible y un lastre. Aquí se dice que no se puede gobernar si no eres peronista. Mira al radical de la Rúa, saliendo de la Casa Rosada en helicóptero…Quiero pensar que hay otras opciones, pero el peronismo sigue allí. Siguen las películas sobre Eva y Perón, y junto a Néstor Kirchner son las figuras más repetidas. ¡Aquí hasta hay Putos (gays) Peronistas! El Peronismo hizo mucho por los derechos de los trabajadores y de la mujer, por el repartimiento más equitativo de la riqueza etc. pero también tuvo muchos claroscuros.

Sastre en plena acción

¿Sigue siendo Argentina un país corrupto?

No es un país corrupto, es un país muy corrupto. Y por lo que estoy viendo es incluso más corrupto que muchos países del continente. Lo que podría crecer este país…

Antes hablábamos de la inflación, ¿pero cree que la corrupción es el mal mayor para este país?

Sí, totalmente.

Viaja constantemente por Sudamérica. ¿En qué se diferencia Argentina de los demás países de la zona?

 Aquí hay un mestizaje único y un ego y un orgullo inconmensurable, para bien y para mal. En muchas cosas son muy europeos, eso les lleva a tener conflictos entre el viejo y el nuevo mundo. Quizás ése es uno de los motivos por qué aquí hay tantos psicólogos.

¿Y en qué se parece a América Latina?

En que son conservadores, machistas y católicos. Son gente poco seria en algunos aspectos, les falta formalidad; tienen muchos rasgos latinos en ese sentido.

¿A qué país de Sudamérica se parece más?

Creo que a Uruguay, aunque aquí son italianos y en Uruguay son gallegos.

En Uruguay no me hablaron muy bien de los argentinos, sobre todo de los porteños, en cambio en Argentina sólo tienen buenas palabras para referirse a los uruguayos. ¿A qué se debe?

No lo sé. Creo que es el espíritu que existe en toda América con los argentinos, que los consideran prepotentes y orgullosos. Pero como dices, confunden al porteño con el argentino.

¿En qué cree que ha mejorado Argentina y el continente en los cinco años que lleva residiendo aquí?

Claramente en los derechos, la distribución de la riqueza y el orgullo. Los argentinos han recuperado autoestima como latinos.

¿Y qué país es el que le cuesta más mejorar?

A Venezuela. Venezuela está jodida y no puede ni con la pobreza ni con la inseguridad.

El que ha hecho mejor los deberes…

Sin duda alguna, Argentina. ¿Dónde más te encuentras una sanidad y educación gratuita? En los otros países latinoamericanos, ¿dónde está la clase media? Argentina es el país que más ha crecido manteniendo derechos sociales, y ésa es una herencia del peronismo.

¿Cree que es el momento de América Latina?

Creo que es su oportunidad para salir del ostracismo y el retraso acumulado, pero no sé si van a hacerlo.

¿Se trabaja bien como periodista en Argentina?

El problema de este país es que el gobierno no da declaraciones. Néstor Kirchner nunca dio ruedas de prensa, y Cristina sólo ha concedido un par.

¿Y de dónde se saca la información oficial?

De las agencias de noticias como Télam o de algún portavoz.

Los aviones son la segunda casa de Ángel Sastre

¿Hay muchos españoles que vienen a Argentina en busca de trabajo?

Sí, unos tres mil al trimestre. Es el país que más españoles recibe, juntamente con Brasil. Ahora los argentinos han empezado a crecerse, y no les hace falta mucho, porque ven a muchos españoles llegar con una mano delante y otra detrás. 

¿Qué es lo que más le gusta de su trabajo?

Poder estar en sitios donde los demás no están. Poder hablar con gente difícil de hablar, como proxenetas, pandilleros, mafias, famosos…poder estar donde el público no está y contar las cosas en primera persona.

A pesar de que las condiciones de corresponsal son precarias…

Totalmente. Nunca sé que se va a difundir, se compra por piezas…

¿Qué debe tener un periodista para ser un buen corresponsal?

Muchas ganas de vivir y contar historias, además de una visión amplia. Hambre de emociones y aventura. Tiene que ser culo inquieto y saber moverse, tener ilusión. Uno puede estar en Argentina y no salir de casa, ser un periodista de pijama. Un buen corresponsal, en cambio, debe tener ganas de salir y contar las cosas por él mismo. Yo siento que tengo un compromiso con los lectores.

¿En los últimos cinco años, qué momentos han sido los más intensos?

Las situaciones extremas: llegar de los primeros al terremoto en Pisco o en Concepción; los mineros atrapados de Chile; estar en la selva con el ejército guatemalteco; conocer por dentro las maras y ver el lado humano de los pandilleros que matan a personas; entrar a las favelas de Rio de Janeiro con la tropa de élite…ésos han sido algunos de los momentos más intensos que he podido vivir.

¿Y cómo enfoca las noticias, teniendo en cuenta que trabaja para medios de diferentes ideologías y formatos?

Más que la ideología a mí me marca el formato. Para televisión preparo piezas de un minuto o algo más; en cambio para la radio grabo piezas que van de los treinta segundos al minuto; y las crónicas escritas deben ocupar de trescientas a setecientas palabras. Como dijo en su día Matías Prats, “uno tiene que saber para quién trabaja pero guardarse unos límites”. Si hay que plantarse, me planto, pero me ha pasado pocas veces.

¿Le ha marcado haber ganado el premio Larra?

A mí el premio me duró dos días; de hecho no sé ni donde lo tengo (risas). Obviamente me sentí orgulloso, pero para mí ya es historia. Tengo nuevos horizontes, y mis nuevas metas son seguir cubriendo conflictos, hacer otros proyectos…Creo que lo merecía, porque era un reconocimiento a CNN+ y también a este nuevo tipo de corresponsal que se busca la vida y es competente en todos los formatos.

¿Cree que está idealizado el oficio de corresponsal?

No lo creo, tal vez en un pasado sí, pero ahora está devaluado. ¿Nosotros somos un país que queremos tener nivel de periodistas? ¿Qué somos en comparación con los anglosajones o norteamericanos? Creo que tenemos que cuidar a los corresponsales internacionales y hacer que los estudiantes que salen de la universidad sigan funcionando para mantener un nivel. No podemos seguir viviendo de agencias, hay que invertir en periodismo internacional para contar las cosas que pasan en el mundo a través de nuestros ojos, por el bien del nivel de periodismo en España. Esto es como la Champions Leage del periodismo.

¿Qué lectura nos puede recomendar para entender Argentina y Sudamérica?

A mí me gustan muchos autores latinos, como Vargas Llosa, Eduardo Galeano, Walter Oppenheimer o García Márquez. Pero si tuviera que decir un título que permita conocer mejor Argentina sería ‘El otro yo’, que narra las bambalinas del ex presidente Eduardo Duhalde. Y para entender este continente recomendaría ‘La fiesta del chivo’, de Vargas Llosa, en el que explica la naturaleza de las dictaduras sudamericanas.

A Ángel M. Sastre se le puede seguir en:

La razón

Onda Cero

Cuatro

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 Twitter: @angelmsastre

16 enero, 2012

Marcelo Pereira, editor del periódico uruguayo La diaria

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 «El principal problema de Uruguay es que todavía no ha decidido de qué manera se quiere insertar en el mundo de hoy»

Fue en 1983, en el ocaso de la dictadura que había empezado diez años antes, cuando Marcelo Pereira entró en el mundo del periodismo. Estuvo veinte años vinculado al semanario Brecha, uno de los más prestigiosos del país, fue editor en la agencia Inter Press y tertuliano de radio. Hasta este año ha impartido clases de periodismo político en la universidad ORT, y desde 2006, año de su fundación, es editor de La diaria.

¿Qué es lo que aún le sorprende de Uruguay?

Me sigue sorprendiendo continuamente. Por un lado, me sorprende lo lento que son los cambios en el país, aunque los haya habido; y por el otro, que a pesar de esta lentitud pasen cosas. Uruguay es un país muy pequeño, pero en determinadas áreas se logran resultados de calidad propios de un país grande.

¿Tiene ventajas ser pequeño?

Sí. Por ejemplo, la población indigente está contabilizada e identificada, y así se pueden solucionar muchos problemas.

¿Cómo definiría Uruguay?

Es un país que tiene algunas diferencias históricas con los países que lo rodean, aunque no tanto como se creyó alguna vez. Además, Uruguay es un país que ha logrado ciertos avances de convivencia y calidad, a pesar de que ahora se empiece a poner en duda.

¿De dónde viene y adónde va este país?

Viene de un largo periodo de crisis espiral, desde mediados del siglo XX. Esa crisis desembocó en una dictadura, y tras restablecerse la democracia, en 1985, volvieron los mismos partidos políticos de antes. El crecimiento es estable y paulatino, y ahora nos encontramos en un segundo mandato de izquierdas, encabezado por José Mujica.

¿Qué han conseguido los dos últimos gobiernos de izquierda?

Con perspectiva, creo que los dos gobiernos de izquierda no son tan distintos entre ellos. El primero, el de Tabaré Vázquez, coincidió con la crisis del 2001 y acometió las principales reformas que necesitaba el país, como por ejemplo trabajar con más trasparencia, retomar la negociación colectiva y atajar la pobreza. Y luego implementó otras medidas que no estaban en el programa, como el ambicioso plan educativo Ceibal, que permite que todos los alumnos del país tengan un ordenador portátil; una medida que ha tenido un impacto social muy fuerte.

¿Y qué ha incorporado el primer gobierno de ‘Pepe’ Mujica?

Él tiene una manera de relacionarse con los vecinos de la región diferente a la de Vázquez. Mientras Vázquez dejó unas relaciones maltrechas con Argentina, por ejemplo, Mujica está recomponiendo las relaciones diplomáticas. La gran pregunta es si en política interna el actual gobierno ha cambiado alguna cosa, y la respuesta es que no. Tal vez haya modificado algo la política de seguridad interna, con operaciones policiales más mediáticas.

¿Cuál es el principal problema que tiene ahora el país?

Actualmente existe la percepción social de que hay dos grandes problemas: uno, que el sistema educativo actual está entrando en crisis porque se está masificando, y el otro, que ha crecido el sentimiento de inseguridad. Cómo va a actuar el gobierno a partir de ahora no se sabe, ya que sus prioridades no son nada claras. Sin embargo, el principal problema real del país, bajo mi punto de vista, es que Uruguay todavía no ha decidido de qué manera se quiere insertar en el mundo de hoy; no se sabe aún qué sector queremos potenciar.

Hace poco comentaba que tras la última dictadura que sufrió el país volvió el mismo sistema de partidos tradicional. ¿Por qué se instauró un régimen autoritario en 1973?

Uruguay tenía una economía basada en la producción nacional, aprovechó bien las guerras europeas para exportar mucho, pero el modelo se agotó; se empobreció la clase media; creció el conflicto social; apareció una guerrilla (de la que Mujica fue miembro) y todos estos factores desencadenaron en una dictadura. El nuevo régimen, que gobernó el país durante doce años, impuso cambios económicos regresivos y pérdida de derechos sociales.

Tal y como pasó con sus vecinos argentinos, este episodio histórico es aún muy reciente…

Aunque los principales dirigentes de ésa época ya han sido juzgados, no se ha pasado página. Hace muy poco se han cambiado algunas cosas, como encausar algunos responsables de la dictadura, pero gran parte de la población cree que es mejor no reabrir los casos y prefiere terminar con la cuestión. La otra mitad cree necesario llevar a cabo todos los juicios para poder seguir adelante como país.

Hablemos de economía. ¿Qué sectores son el motor del país?

La agricultura y la ganadería siguen siendo los pilares de nuestra economía. Actualmente hay una bonanza para los países que exportan materias primas, como  nosotros. Pero Uruguay también es fuerte en otras áreas, como por ejemplo el software; somos grandes exportadores de productos informáticos.

La creación de una papelera en la costa uruguaya generó una fuerte crisis con Argentina. ¿Qué relación mantienen hoy?

Tenemos una relación indestructible. Uruguay, en una época, fue parte de Argentina, incluso se impulsaba desde aquí mismo. El héroe nacional de Uruguay, José Artigas, nunca quiso ser uruguayo, defendía una federación con Argentina. Eso provoca problemas de identidad, aunque ahora estamos celebrando los 200 años de la independencia de España. Los argentinos aprecian más a los uruguayos que nosotros a ellos, sobre todo a los porteños. Pero es normal, siempre le cae mejor el chico al grande que viceversa. Con Argentina tenemos rivalidades deportivas, portuarias etc pero hay una enorme penetración económica, cultural y mediática entre ambos países. Es una relación de amor y odio.

¿Y con Brasil?

Uruguay no compite con Brasil, sino con los estados sureños de Brasil. El crecimiento económico de Brasil se nota en que ahora tenemos muchos más turistas brasileños que antes y que, por ejemplo, nuestra cerveza nacional ha sido comprada por una compañía brasileña.

Marcelo Pereira conversando con un reportero en la redacción de La diaria

En cuanto a la iniciativa La diaria, ¿a quién se le ocurrió crear de cero un periódico en papel?

Al principio no teníamos ni inversor ni ningún respaldo. Nos preguntamos cuanto tiempo dedicaba la gente al día a leer la prensa, y acordamos que unos 20 minutos. Así que nos pusimos manos a la obra y diseñamos un periódico con identidad que se pudiera leer en ese tiempo. Creímos que había un público potencial joven, y por eso potenciamos los temas sociales o de medio ambiente, además de que tenemos una plantilla de trabajadores bastante joven también. Aún podemos crecer más y ganar nuevo público que ahora no compra periódicos.

¿Qué más diferencia La diaria de los otros periódicos?

Pues que somos un periódico de izquierdas y funcionamos como cooperativa en todos los sentidos. Queremos hacer periodismo y trabajar de una manera distinta a la tradicional, con una forma y contenido innovador.

¿Cuál es el panorama mediático en el país?

Existe el diario El País, anterior al que tienen en España,  que es conservador y líder de ventas. También hay el diario La República, con un discurso muy oficialista, de izquierdas, y sin gran rigor. Y finalmente, el tercer gran diario nacional es el Observador, con respaldo del Opus Dei.

¿Qué lectura nos recomienda para entender Uruguay?

Faltan lecturas que expliquen bien cómo es Uruguay ahora. Para entender bien lo que pasaba hasta los años ’60 es preciso leer a Carlos Real de Azúa. Sobre la dictadura hay relatos, pero no terminan de explicar bien lo que pasó. En cambio Mario Benedetti supo captar muy bien la idiosincrasia del país previo al golpe de Estado.

 

 A Marcelo Pereira se le puede seguir en:

La diaria

 

10 diciembre, 2011

Raúl Cortés, delegado de la agencia EFE en Uruguay

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«La relación de Uruguay con Argentina es muy tanguera, muy apasionada, muy de rencillas»

Licenciado en Periodismo por la Universitat Autònoma de Barcelona (UAB), Raúl Cortés siempre supo que quería ser corresponsal en el extranjero para un medio español. Antes de conseguirlo trabajó en Barcelona para una agencia de noticias deportivas y en la emisora RAC1. Vivió en Moscú, y desde que trabaja para la agencia de noticias EFE ha estado destinado en Perú, Bolivia y México, donde fue jefe de redacción. Desde hace dos años Cortés es el delegado de EFE en Montevideo.

¿Qué es lo que aún le sorprende de Uruguay?

Lo que aún me choca es la indigencia. Este país tiene un grave problema con la indigencia, a pesar de ser uno de los países más desarrollados de Latinoamérica, y eso tiene mucho que ver con la crisis que hubo aquí en 2002, contagiados por el corralito argentino. Mucha gente se quedó sin nada y apareció un sector marginal de población que es muy difícil de reintegrar en la sociedad.

¿Conocía en profundidad Uruguay antes de venir?

Conocía la relación que tiene con Argentina, país al que, muy a su pesar,  se parece en muchas cosas. También conocía elementos particulares, como escritores de la talla de Benedetti u Onetti, y la importancia que le dan al Carnaval. A parte de eso, creo que no sabía gran cosa del país, ya que es muy desconocido fuera de aquí.

¿Y qué relación tiene Uruguay con Argentina?

Es una relación tipo hermano mayor-hermano pequeño, con mucha vinculación, sobre todo económica. Por ejemplo, aquí se dice que cuando Argentina estornuda Uruguay agarra una pulmonía.

¿Aún depende tanto de Argentina?

Es una dependencia que están intentando minimizar, por ejemplo reduciendo las reservas de depósitos que tienen argentinos en bancos uruguayos. En Uruguay el turismo tiene un rol importante, y el mayor visitante siempre ha sido el argentino, Ahora, no obstante, empiezan a llegar brasileños. Es interesante ver cómo hordas de turistas brasileños compran productos de lujo en centros comerciales. Aun así, aquí hay todavía muchas inversiones argentinas en diferentes sectores, como el mobiliario.

A pesar de este historial, ¿cree que Uruguay se está empezando a independizar económicamente de Argentina gracias al crecimiento de Brasil?

En cierta manera sí, y te voy a poner algunos ejemplos. Brasil hace poco creó un arancel para evitar el crecimiento de la importación de vehículos que provenían sobre todo de Uruguay, donde hay varias plantas de ensamblaje de compañías chinas. Uruguay se quejó mucho por esta medida, y finalmente, tras muchas gestiones diplomáticas, se canceló. Por otro lado, descubrí preparando un reportaje sobre la exportación vinícola de Uruguay que un año tuvo una punta de crecimiento espectacular; eso fue debido a que empresas de vinos del sur de Brasil les compraron su producción en masa porque tuvieron un mal año. La importancia que se está dando a Brasil también se ve con los gestos políticos. Hace poco el presidente de Uruguay, José Mujica, visitó Rio Grande do Sul, el estado brasileño limítrofe con el país, y se hizo acompañar de varios ministros en una visita que fue casi de estado. Todos estos hechos son indicativos del papel que está adquiriendo Brasil.

Además de intensificar las relaciones con Brasil, el gobierno de Mujica está recomponiendo los puentes con Argentina, derruidos por su antecesor, Tabaré Vázquez…

Sí. Ha optado por tener una relación más cordial. Se solucionó el conflicto que tenían a causa de la papelera instalada en la frontera, gracias a una resolución del Tribunal de la Haya. La relación con Argentina es muy tanguera, es decir, muy apasionada, muy de rencillas. Aquí hay un sentimiento anti argentino bastante generalizado; creo que se debe a que mantienen una relación estilo David-Goliat.

Raúl Cortés trabajando en la oficina que EFE tiene en el centro de Montevideo

¿Se ha diversificado la economía uruguaya o sigue dependiendo en exceso en las exportaciones cárnicas?

Aún depende de este sector, esa es una asignatura pendiente. Sin embargo, cada vez hay más iniciativas empresariales diferentes, como la explotación de soja, la producción de software o la inversión en producción energética, como por ejemplo el hierro que extrayendo y exportando una empresa india a la China. Uruguay depende mucho de la recaudación de impuestos, por lo que rara vez puede rechazar inversiones extranjeras como éstas.

¿Qué cambios se han producido desde que hay gobiernos de izquierdas?

Ha habido cambios formales en el gobierno, pero menos de los esperados. Uruguay es un país muy conservador en general, y de hecho la izquierda tiene una concepción económica muy capitalista. En materia social se han introducido algunos cambios, pero no me queda muy claro que se hayan notado. Lo primero que tiene que hacer Mujica es reformar el Estado y reducir el número de funcionarios, que representan cerca del 20 % de la población activa. Y es que en Uruguay aún hay nepotismo. Hace poco se aprobó una ley que prohibía por primera vez en la historia reservar una cuota del 15% de las plazas para familiares de funcionarios. Si tuviera que destacar alguna iniciativa de los gobiernos de izquierda sería el ambicioso plan educativo Ceibal, que garantiza un portátil gratuito a todos los alumnos del país.

¿Y en qué se han diferenciado el gobierno de Tabaré Vázquez y el de Mujica?

Pues básicamente, como te comentaba antes, lo que ha hecho de diferente Mujica ha sido restablecer las buenas relaciones con Argentina.

El presidente Mujica fue ex líder de la guerrilla de los tupamaros, que lucharon contra la dictadura, y estuvo varios años encarcelado. ¿Se ha notado eso en su gobierno?

Menos de los que se esperaba. Algunos sectores de izquierda le piden que avance contra la impunidad de esos crímenes, en cambio él se ha mojado poco. Cuando asumió la presidencia le dijo al Ejército que ambos tenían ‘una mochila muy cargada’, pero que convenía mirar adelante y no atrás. Los grandes responsables de la dictadura ya han sido juzgados, pero todavía hay responsables que están libres. Los juicios a los responsables de la dictadura, sin embargo, no está en las conversaciones del día a día de la población, que tiene otras preocupaciones.

Uruguay parece, a simple vista, un país bastante contradictorio. Comentaba que es muy conservador en materia económica, pero ha sido siempre uno de los países latinoamericanos más progresistas, aprobando leyes en favor de la educación pública y laica (1877) o la ley del divorcio (1908)…

Eso se debe a que siempre ha habido un importante colectivo de intelectuales, aunque ahí va otra paradoja: el Opus Dei también tiene un fuerte poder aquí. Lo que sorprende de Uruguay es que la gente vive muy de puertas adentro, cuesta bastante de conocer. Aquí no todo es lo que parece, y eso creo que tiene que ver con la ascendencia gallega que tiene el país.

Aunque lleva ya lleva dos años residiendo en Uruguay, Cortés es más de café que de mate

¿Cuáles son los puntos fuertes del país  y cuáles los débiles?

El punto fuerte es la tozudez de la población. Ten en cuenta que es un país que ha conseguido sobrevivir a sus dos vecinos gigantes. Otra virtud es la gran cultura que tienen todas las capas de la población, aunque ahora se tiene miedo de perder los altos índices de alfabetización. Y destacaría también la unidad que existe en el país. Esta unidad es a su vez un peligro, porque creo que la están perdiendo poco a poco. El mayor punto débil es la falta de ambición, algo que siempre se le achaca al país. A los uruguayos ya les parece bien estar como están, pero creo que a veces deberían creerse un poco más.

Hablemos ahora de periodismo. ¿Cree que hay suficiente diversidad de medios?

Creo que para el tamaño que tiene ofrece una buena variedad mediática. Y fenómenos como La diaria demuestra que tiene un sector con buena salud. Además, aquí existen semanarios de análisis que ya no existen en otros países, como Búsqueda o Brecha.

¿Qué es lo que más interesa del país puertas afuera?

Lo que interesa, sobre todo en España, son las novedades que haya respecto a la dictadura y los derechos humanos. Es el tema que más repercusión tiene siempre. También son muy leídas las noticias que hablan de la relación que mantiene con Argentina, mientras que los temas nacionales no acostumbran a interesar mucho fuera. La figura del presidente, Mujica, también ha despertado gran interés, ya que quedan pocos políticos como él.

¿Qué lectura nos puede recomendar para entender Uruguay?

Aunque sea muy tópico, creo que Mario Benedetti fotografió muy bien cómo es Uruguay, la forma de vivir, la burocracia…Creo que actualmente faltan nuevos escritores de talento, así que recomendaría cualquier obra de él.

A Raúl Cortés se le puede seguir en:

Agencia EFE y en las noticias sobre Uruguay que publican los medios subscritos a EFE.

28 noviembre, 2011

Clóvis Rossi, columnista del diario Folha de São Paulo

Filed under: Brasil — nodisparenalmensajero @ 16:15
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«Dilma Rousseff terminará su mandato aunque caigan todos los ministros»

Considerado uno de los periodistas de izquierdas más prestigiosos, Clóvis Rossi actualmente mantiene dos columnas de opinión en los periódicos Folha de São Paulo y El País. En sus más de 40 años de trayectoria, ha trabajado en O Estado de São Paulo, donde fue editor, y en Jornal do Brasil. Además, Rossi fue corresponsal para Folha en Buenos Aires y Madrid.

Debido a problemas de agenda, esta entrevista se tuvo que realizar por correo electrónico.

 

¿Qué es lo que aún le sorprende de Brasil?

La falta de vergüenza de los políticos pillados en casos de corrupción. Y también la otra cara de la moneda, la pasividad con que reaccionan los brasileños.

¿Cree que ahora se respeta más a Brasil y a los brasileños en la esfera internacional? 

Sí, eso creo. Es mérito no solo de Lula sino de una serie de factores que empiezan con la redemocratización, en 1985, pasan por el control de la inflación, 1994, y terminan, ahí sí, con el activismo de Lula.

¿Cuál es el mejor legado de Lula?

La política social.

¿Empeoró alguna cosa en el país durante sus dos legislaturas?

Sí, la corrupción. Y se mantuvo la obscena desigualdad de renta.

¿Cree que tiene en mente volverse a presentarse a unas elecciones?

No lo sé.

 ¿Cómo valora los primeros meses de gobierno de Dilma Rousseff?

Regulares, pero con menos crispación que en el gobierno anterior.

¿Aguantará bien la sombra de Lula, o las vagas y dimisiones le impedirán finalizar el mandato?

Está aguantando, y claro que finalizará su mandato, aunque caigan todos los ministros.

¿Cómo pronostica que será la relación de Brasil con los otros países de América? ¿Cree que ahora que no está Lula se enfriarán las relaciones diplomáticas?

No, las buenas relaciones institucionales se mantendrán, aunque tal vez con menos calidez en las relaciones personales.

¿Cuál es el mayor problema de Brasil hoy día?

Son muchos: educación, salud, corrupción, desigualdad y violencia.

La columna de Rossi en Folha de São Paulo es una de las más leídas de Brasil

¿Y cuál es el punto fuerte del país?

La estabilidad democrática.

¿La corrupción forma parte de la idiosincrasia brasileña o sólo de las élites?

No creo en idiosincrasias de brasileños, españoles, franceses, o quien sea. Si cada ser humano es comprobadamente distinto del otro, cómo hallar una característica común a todos los brasileños…

¿Cree que las familias de clase baja que ahora tienen acceso a crédito ganan en calidad de vida?

Sin duda.

¿Y hay peligro de una burbuja consumista y de crédito?

Siempre lo hay.

¿Cómo valora el proceso de pacificación de las favelas de Rio de Janeiro?

Es un primer paso adelante, pero queda mucho, mucho, por hacer.

¿Se hará también en otras ciudades o sólo se hace en Rio por ser la sede del Mundial y los Juegos Olímpicos?

No lo sé.

Y cuando pasen, ¿volverán los narcos?

Yo nunca hago previsiones.

¿Cree que es excesivamente duro en sus artículos en el diario El País?

No soy duro, soy realista.

Todo el mundo halaga los medios técnicos y profesionales periodísticos de Brasil, pero, ¿considera usted que hay medios alternativos?

Creo que el problema, hoy día, es al revés. Hay un cacofonía de voces que, muchas veces, confunden más que informan. Pero estoy de acuerdo en que medios alternativos sólidos serían importantes.

¿Qué lectura nos puede recomendar para entender Brasil?

No creo que haya una sola lectura capaz de hacer entender Brasil. Incluso porque carecemos de libros sólidos sobre la historia reciente.

A Clovis Rossi se le puede seguir en:

Diario Folha de São Paulo

Diario El País

Y a través de twitter: @rosclo

 

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